Rescata

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martes, 26 de febrero de 2019

Travesuras infantiles a la hora de la siesta en las colonias de antaño

El niño estaba tirado entre los pajonales, apretado contra el suelo, conteniendo la
respiración, mientras espiaba como don Fermín salía de la casa, a una hora inusual, para caminar hasta el fondo del patio e ingresar al baño. 
Allí permaneció durante un tiempo que al niño le pareció interminable, hasta que, por fin, salió y desanduvo el camino rumbo a la casa. El deseo de ir al baño era el único motivo por el cual el anciano podía interrumpir su siesta y dejar la cama en pleno verano para andar bajo los rayos del sol a las dos de la tarde.
Cuando el niño estuvo seguro de que don Fermín ya no volvería por un buen rato, se arrastró hasta el borde de la quinta, cerca de las plantas de tomates, miró hacia la casa, por las dudas, y, cautelosamente, se puso de pié.
Sus ojos brillaron, destilando codicia, al ver tan cerca de sus manos los rojos y sabrosos tomates, que brillaban al sol, instándolo a que los corte y les eche un buen mordiscón. Pero se contuvo. En lugar de eso, pensó en su hermanito, se sacó la gorra y comenzó a llenarla hasta más no poder.
Terminada la faena y justo cuando iba a darle un mordisco al más grande y hermoso tomate que había visto en su corta vida, un grito lo paralizó. Don Fermín venía corriendo hacia él, lanzando maldiciones y agitando una escoba, furioso.
El niño, asustado y desorientado, salió corriendo hacia los pajonales, no sin tropezar con la regadera, que estaba parada junto a las plantas. Con tan mala suerte que cayó sobre la gorra. Como pudo, se levantó dolorido, agarró la gorra que chorreaba un espeso líquido rojo, y escapó despavorido, seguido por don Fermín, a los gritos. (Autor: Julio César Melchior).

miércoles, 20 de febrero de 2019

Se viene con todo la cuarta edición de la Strudel Fest en Pueblo Santa María

1, 2 y 3 de marzo, con muchas novedades, muchos shows, gastronomía típica, música, cultura y un Strudel gigante de 50 metros de largo. Todo totalmente gratuito.

Organizado por instituciones locales –con el acompañamiento de la Municipalidad de Coronel Suárez- se llevará a cabo el multitudinario evento, el viernes 1, sábado 2 y domingo 3 de marzo, en Pueblo Santa María, -ubicado en el Partido de Coronel Suárez, en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires- que contará con una enorme variedad de espectáculos gratuitos para los vecinos de la comunidad y lugares aledaños que se acerquen a disfrutar del evento.
Se desarrollará el concurso denominado “el mejor Strudel de Santa María” y se elaborará un Strudel gigante en vivo. Se anuncia torneo de Kosser, paseo de artesanos, música y baile tradicional, gastronomía alemana, stand de diferentes productos, exposiciones y mucho más.
Durante toda la jornada los vecinos que se acerquen disfrutarán de paseo de artesanos, patios de comidas, inflables para niños, venta de gastronomía alemana, música típica y danzas alemanas.
Desde la Municipalidad se invita a participar para juntos mantener vivas las tradiciones y costumbres de nuestros ancestros, los alemanes del Volga.
La celebración central se desarrollará el domingo 3 de marzo - a partir de las 9:00- cuando se lleve a cabo la apertura del predio y comience la realización del Strudel gigante entre todas las instituciones e integrantes de la comunidad.
A continuación, se adosan los cronogramas con las actividades, direcciones de correo electrónico y teléfonos para comunicarse con los organizadores.
Viernes 1 de marzo:
Muestra Fotográfica a cargo de Juan José Detzel en el Centro Cultural.
18:30: Circuito histórico - arquitectónico. Punto de encuentro: Plaza Andenkenplatz (Av. Alemanes del Volga y Santa Cruz) 
20:00: Se presenta a la comunidad la restauración e iluminación de la Arcada de ingreso realizada por la Delegación Municipal y la Asociación de Turismo Comunitario.
21:30: Punto de Encuentro: cervezas, picadas y chorizo a la pomarola. Presentación oficial del grupo de baile Alles Froh, taller de Tango "Inspiración" de Coronel Suárez, taller de Música del Centro Cultural a cargo del profesor Raúl Benítez, y un evento organizado por la Asociación de Turismo Comunitario Santa María. 
Sábado 2 de marzo:
Muestra Fotográfica a cargo de Juan José Detzel en el Centro Cultural.
14.00: Torneo de Kosser (juego típico de los descendientes alemanes del Volga) organiza subcomisión de Kosser del Club "El Progreso".
17.00: Paseo de artesanos y exposiciones.
17:30: Circuito histórico - arquitectónico. Punto de encuentro: Plaza Andenkenplatz (Av. Alemanes del Volga y Santa Cruz) 18:30 hs. 2° Concurso Gastronómico "El Mejor Strudel de Santa María 2019" Dos categorías: niños y adultos.
19:30: Inicio Shows musicales, sobre el escenario central, servicio de cantina a cargo de las instituciones de Santa María. Se presentarán los siguientes artistas: Agustina Roth y Pía Bermejo, Mara Miranda, Raúl Benítez, Don Misterio, Sobra un Griego, Polka Rock, Orquesta de Santa Fe: Lustiger Takt Orchester.
Domingo 3 de marzo:
9:00: Muestra Fotográfica a cargo de Juan José Detzel en el Centro Cultural.
Apertura de predio. Inicio de la elaboración del STRUDEL GIGANTE 50 metros, entre todas las instituciones, miembros de la comunidad. Junto con un desfile de música por la Orquesta de Santa Fe: Lustiger Takt Orchester. Elaboración en vivo de Strudel apto para celíacos a cargo del grupo celíacos Coronel Suárez. Paseo de artesanos. Feria Local "Unser Saich": artesanías y gastronomía alemana.
11:30: Inauguración Oficial: Presencia de la Banda Municipal de Música "Bartolomé Meier". Palabras de bienvenida a cargo de las autoridades.
Presentación del Strudel Gigante, listo para llevar al horno.
12:00: Lugares para almorzar con gastronomía alemana: Patios de Comidas: Stand de las diferentes Instituciones organizadoras, sobre el predio principal de la fiesta. Precios accesibles. Almuerzo popular en el Polideportivo Club Social, Deportivo y Cultural "El Progreso".
14:30: Visita guiada al "Museo Parque La Palmera". Punto de encuentro Plaza: Andenkenplatz (Av. Alemanes del Volga y Santa Cruz).
17:00: Presentación y degustación Strudel gigante.
21:00: Elección Embajadora de la Strudel Fest. Durante toda la tarde: Inflables para los niños. Paseo de artesanos y exposiciones. Venta de gastronomía alemana.
Sobre la Avenida 11 de Mayo música típica alemana, y danzas a cargo de: - Ballet "De la Dulce Vida" de la Ciudad de Azul. Grupo de danza "Alles Froh", de Pueblo Santa María. Grupo de danza "Cross mother-cross father", Consejo de Adultos Mayores de Santa María. -Presentaciones de los Acordeonistas Gonzalo Berger, Dario Schwerdt y Franco Schwerdt. Los Alegres del Volga con Raúl Minig, Tito Limardo y Francisco Peralta.
Willy Weimer Polkarock. Orquesta de Santa Fe: Lustiger Takt Orchester. Morse y la Repentina.
Cierre de la noche con la presentación del Grupo Revelación.
En su cuarta edición, la Strudel Fest buscará a su ‘embajadora’.
Para mayor información comunicarse a: StrudelFest_SantaMaria@outlook.com, o bien, dirigirse al Centro Cultural "Héctor Maier Schwerdt", o comunicarse al Tel: 2926- 494196.
También se encuentra abierta la inscripción para el concurso gastronómico de la 4º edición de la Strudel Fest.
En el marco de la cuarta edición de la Strudel Fest del Pueblo de Santa María - que será en marzo de este año -se informa a todos los interesados que se encuentra abierta la inscripción para participar del segundo concurso denominado "El Mejor Strudel de Santa María 2019".
El evento se desarrollará el 2 de Marzo, será con cupos limitados –con un valor de $100-, y habrá grandes premios para quienes demuestren sus habilidades gastronómicas en realizar la tradicional y deliciosa comida alemana.
Habrá premio en categoría niños que serán un viaje para dos personas a Temaiken, y el premio en Categoría de adultos que será un viaje a Merlo -San Luis- con la agencia ElectroTurismo.
Para más información escribir al siguiente correo: StrudelFest_SantaMaria@outlook.com.

martes, 19 de febrero de 2019

Recuerdos de cuando el baño estaba en el fondo del patio y llovía durante días enteros

Llovía a cantaros. El patio era un fangal de charcos distribuidos aquí y allá. La noche llegaba más temprano que nunca. El sol había estado oculto durante todo el día, detrás de oscuros nubarrones.
La casa de adobe soportaba estoica, empapada su techo de paja vizcachera, chorreando agua por las cuatro paredes rectangulares. Las aberturas, puerta y ventanas, colgaban desvencijadas a merced de la impiedad del temporal. 
Dentro, una familia compuesta de una pareja, tres hijos y un tío solterón, de vez en cuando miraban por los vidrios de los ventanucos, oteando el horizonte, implorando que la lluvia amainara, mientras observaban con deseo incontenible, la letrina, que se erigía en el fondo del patio.
Los niños, porque son niños, y no conocen todavía el pudor y la vergüenza de los mayores, tenían la dispensa de los padres para sentarse en cuclillas en el centro de la puerta y realizar sus necesidades urinarias sin salir al patio.
Los mayores, sin embargos, sufrían. No solamente vergüenza y pudor, lo que les impedía copiar a los niños, sino también porque ya les resultaba humanamente imposible resistir más, sin vaciar la vejiga u otro espacio lleno de tanta comida ingerida durante la larga jornada de lluvia.
A la medianoche, habiéndose acostado todos a dormir, el tío, fastidiado de tanto apretar las piernas y contener la respirar, gruñendo una queja y lanzando un insulto, se levantó precipitadamente, salió corriendo de la habitación, a oscuras cruzó la cocina, tropezando con una silla y tirando una cacerola que colgaba de la pared, abrió la puerta, para enfilar corriendo rumbo a la letrina.
La lluvia, los charcos, el barro y el intenso viento, más la veloz corrida, lo zarandeaban como si fuera un equilibrista tratando de no precipitarse en una caída humillante. Una caída que resultó inevitable. Cayó despatarrado en un charco de agua. Se hundió en el fango mientras sentía un vergonzoso alivio en su vejiga y en su vientre. (Autor: Julio César Melchior)

lunes, 4 de febrero de 2019

Un domingo en familia en la colonia

Sobre la cocina a leña varias ollas exhalan vapores y aromas disímiles. El fuego, su interior, crepita. Abuela abre la puerta del horno, observa la fuente en la que descansa un lechón rodeado de papas, da unos pinchazos aquí y allá con el tenedor, para finalmente decidir que todavía le falta un poco. Luego toma una cuchara de madera y revuelve el contenido de una cacerola. Se nota a primera vista que sabe lo que hace. No necesita ninguna receta escrita. Todo lo lleva grabado en su memoria. Tampoco necesita balanza para pesar los ingredientes, sus manos y sus cálculos siempre resultan perfectos.
Es domingo, día de reunión familiar. Primero asistir a misa, a las diez de la mañana, en la iglesia de la colonia, después todos a almorzar a casa de abuela. Los hijos, nueras, nietos. Un universo de personas que se sentarán en torno de la larga mesa familiar, con abuelo presidiendo la cabecera. Hablarán todos a la vez. Habrá recuerdos. Anécdotas. Risas. Alguna lágrima. Y después, si abuelo si tiene ganas y el cuerpo le da, aparecerá el acordeón y surgirán las canciones alemanas.
Abuela vuelve a revolver el contenido de la olla con la cuchara de madera.  La coloca sobre la mesa y se acerca a la ventana para observar si ve gente en la calle, retornando de la iglesia. No ve a nadie. Eso le da tiempo para salir al patio, tomar la palangana e ir a la bomba a llenarla de agua, para lavar unas prendas y colgarlas en el tendal, allá en el fondo, cerca de la quinta, donde florecen las verduras y los frutales.
Al volver, ingresa al galponcito de chapa y sale con el brazo cargado de astillas de eucalipto, para alimentar el fuego de la cocina a leña.
Alguien pasa por la calle y la saluda. Ella responde con una sonrisa.
-Terminó la misa -piensa. Ahora vendrán mis hijos.
Y así es. Llegan los hijos y las nueras, pero también abuelo y los nietos, que ingresan corriendo al patio a abrazarla y llenarla de besos. (Autor: Julio César Melchior).
Todas las recetas de nuestras abuelas están en mi libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, que se puede adquirir desde cualquier localidad del país.