Rescata

WhatsApp: 011-2297 7044. Correo electrónico historiadorjuliomelchior@gmail.com

lunes, 30 de diciembre de 2019

Quién se acuerda de esta tradición de Año Nuevo: Wünsche gehen?

“Cuando éramos niños, el día de Año Nuevo era para nosotros una jornada de fiesta” -recuerdan los más ancianos de la colonia. “Salíamos a visitar a toda la parentela vor wünsche (para desear feliz Año Nuevo). Entrábamos en todas las casas para desear un feliz comienzo de año a todos los integrantes de cada familia, y ellos, a cambio, nos obsequiaban masitas caseras, unas golosinas, escasas en aquel tiempo, y un poco de dinero, cuando había. Para los niños humildes de la colonia era, quizás, la única fecha del año en que recibían una golosina. Por eso no dejábamos de visitar ningún pariente ni amigo. Con cada regalo armábamos un paquetito que llamábamos Pindle: poníamos las golosinas en el centro de un pañuelo y uníamos sus cuatro puntas mediante un nudo”.

Así comenzaban Año Nuevo los niños de la colonia

El primer día del año los niños se levantaban bien temprano a la mañana, casi con el amanecer, para saludar a sus padres deseándoles feliz año nuevo, recitando un poema varias veces centenario y de autor desconocido, que dice así: Vater und Mutter ich wünsche euch glückseeliges neusjahr, langes leben und Gesundkeit; frieden und einigkeit und nach eren Tod die ewige klückseeligkeit”. “Das wüsnsche mir dir auch”, respondían mamá y papá mientras les obsequiaban algún presente.
Cumplido este ritual, los pequeños salían a visitar a parientes y amigos para también desearles la felicidad en el año nuevo que comenzaba. Pero esta ocasión el poema era otro: glück und segen / auf allen Wegen! / Frieden im Haus / jahrein, jahraus! / In gesunden und kranken Tagen / kraft genung, Freud und Leid tragen! / Stets im Kasten ein stücklein Brot, / das geb’ uns gott!
Al finalizar la jornada todos los niños de la colonia, sobre todo los más humildes, se sentían dichosos con la enorme cantidad de regalos que lograban reunir tras una larga jornada de “trabajo”, visitando tíos, abuelos y demás parientes (Autor: Julio César Melchior).

sábado, 21 de diciembre de 2019

Julio César Melchior editó su libro número 10

 Vuelve a sus inicios, con un libro de poesías.

Nuevamente el escritor de Pueblo Santa María está en las librerías y por sus redes sociales con una nueva obra.
En esta ocasión no se trata de un libro que tenga que ver con la cultura alemana –gastronomía, tradiciones, costumbres, historia-, sino que, en un regreso a su punto de partida, se trata de un libro de poesías.
En entrevista con La Nueva Radio Suárez contó que “ya está listo, ya salió de imprenta y en estos días estará a disposición de los lectores y de todos aquellos que estén interesados en leerlo”.
Informa que “con este libro vuelvo a lo que fueron mis orígenes, 26 años atrás, cuando empecé a publicar, con la poesía. Después de haber recorrido 25 años, dedicados exclusivamente a revalorizar la cultura de los alemanes del Volga, en este último año me dediqué, por distintas causas que me sucedieron en lo personal, a escribir poesías. Las fui publicando alguna que otra en las redes sociales, tuvieron mucha repercusión y de a poquito como que fue surgiendo la idea, y por pedido de allegados y lectores que publicara un libro al respecto. Así fue surgiendo este libro, que ahora está a la venta”.
“Letanías Post Mortem”, ese es el título del libro. Y surgió “a raíz de una pérdida personal. Es un libro medianamente triste, pero con un grado de esperanza, y es el proceso que uno atraviesa cuando pierde a un ser querido; y también tiene una segunda parte, donde abordo qué es lo que uno hace con esa tristeza para superarla. Y la toma de conciencia que esa persona que partió, nos dejó, no es solo el proceso de perderla, sino de darse cuenta que ya nunca más va a estar. En términos poéticos, describe todos esos procesos internamente, qué es lo que sucede en el interior de cada uno de nosotros”, dice Julio César Melchior.
Se trata de su libro número diez. Y hay que tomar en cuenta que muchos de ellos tienen reimpresiones, algunos, muchísimas, y se siguen agotando y volviendo a imprimirlos, ante la demanda.

¡Das Christkindie kommt!

¡Ahí viene! ¡Ahí viene!
El niño Jesús
caminando por las calles
de la humilde colonia.

Va vestido de blanco,
las manos llenas de golosinas,
a visitar a los niños,
a consolar sus corazones.

Llega después del Pelznickel,
a secar las lágrimas,
que el viejo barbudo
hizo brotar con sus cadenas.

Ahí viene el Pelznickel

Por las calles oscuras,
en la Nochebuena,
va de casa en casa,
el Pelznickel.

Un colono disfrazado
con el Pelz del abuelo,
de la época de la arada,
cuando caían las grandes heladas.

Sus gritos guturales,
su arrastrar de cadenas,
asusta a los niños,
que lo aguardan llenos de miedo.

Porque ya en la casa,
los hace arrodillar,
sobre granos de sal,
para sus travesuras expiar.

Y los obliga a rezar,
una y otra vez,
mientras los pobres niños,
lloran, aterrados, sin parar.

Para descubrir
más tradiciones y saludos típicos de las fechas festivas, no dejen de leer el libro "La infancia de los alemanes del Volga", libro bilingüe español/alemán (manteniéndose fiel a las características del dialecto de los alemanes del Volga)