Fuente: lanuevaradiosuarez.com.ar
Fue en el marco de la celebración de las
Fiestas Patronales del Pueblo San José. Joseph Walter concretó la donación del
equivalente de 600 hectáreas de campo para la obra de construcción del magnífico
templo. Una suma de dinero descomunal si se considera que los gastos
definitivos de la construcción ascendieron a mil hectáreas de campo. A este más
que significativo aporte, se suma en 1936 los altares laterales de mármol
donados por el tatarabuelo y por su hija Bárbara, como así también la pintura y
la campana fabricada y traída especialmente de Europa, entre otros aportes. Al
cumplirse 130 años del arribo a la Argentina de esta familia, los descendientes
de la rama radicada en la Colonia Santa Rosa de Puan entregaron
reconocimientos.
Un momento muy significativo se vivió el
domingo por la mañana en el acto protocolar por las Fiestas Patronales del
Pueblo San José cuando la Delegación Municipal a cargo de Diego Schneider entre
un especial reconocimiento a la familia del Sr. José Walter.
Se dio lectura a una síntesis sobre el
árbol genealógico de Joseph Walter quien nació el 24 de marzo de 1852 en
Kamenka, Kuberna, perteneciente a Saratov, Rusia.
Llegó a Argentina el 10 de mayo de 1887.
Hinojo fue su primera parada. Luego se muda a Pueblo San José. Vivía en la
Avenida Roca, hoy Fundador Eduardo Casey. Su casa se encontraba en el solar en
el que hoy se halla el Salón Germano Argentino. Se caso con Ana Margarita Meier
y Dios bendijo al matrimonio con la llegada de cinco hijos argentinos: Jorge,
Cristina, Bárbara, Jacobo y Honorio (Conrado).
Al fallecer su esposa, contrajo
matrimonio en segundas nupcias con Ana Roth. Fallece a los 86 años de edad, el
29 de marzo de 1938 en Pueblo San José.
Iniciadas las obras para la remodelación
y ampliación de la Iglesia San Jose Obrero, los miembros de la comunidad hacían
sus donaciones.
Puesta el 18 de septiembre de 1927 la
piedra fundamental de la nueva iglesia, don José realiza la donación del
equivalente de 600 hectáreas de campo para la obra.
Una suma de dinero descomunal si se
considera que los gastos definitivos de la construcción ascendió a mil
hectáreas de campo. A este más que significativo aporte, se suma en 1936 los
altares laterales de mármol donados por el tatarabuelo y por su hija Bárbara,
como así también la pintura.
En el año 1945, nuevamente decide donar
una campana, fabricada y traída especialmente de Europa. Al arribar al puerto
de Buenos Aires estuvo mucho tiempo en la aduana, ya que el costo de retirarla
era similar al costo de fabricación. Enterado José, realiza las gestiones
pertinentes y, abonando la suma de dinero estipulada logra que ésta llegue a
ser colocada en el campanario del templo. Pero tras la Revolución de 1955,
manifestantes entraron a la iglesia y dando campanas al vuelo ocasionaron que
la misma cayera al suelo, por lo que debió ser retirada. Actualmente se la
puede observar en el jardín de la iglesia.
Son muchas las personas que han
colaborado con la construcción del Templo, en este caso nuestro reconocimiento es
para este hombre, por el generoso aporte hecho hacia nuestra comunidad.
En representación suya, se formalizo la
entrega de una placa a su familia que luego será colocada en la Bóveda donde
descansan sus restos en el cementerio del Pueblo San Jose.
Hubo una especial recordación al
expresarse que el 10 de mayo de 1887, un barco se aproxima al puerto de Buenos
Aires procedente de Hamburgo (Alemania). Se trata del vapor “Corrientes”. Sobre
la borda un matrimonio conformado por Josef Walter y Ana Margaretha Meier junto
a sus hijos José, Ana, Catalina y Juan espera ansioso el desembarco. Llegaban a
América trayendo consigo a la abuela paterna, Ana María Streitemberger, que
había enviudado.
Al cumplirse 130 años del arribo a la
Argentina de esta familia, los descendientes de la rama radicada en la Colonia
Santa Rosa de Puan hicieron también entrega de dos reconocimientos.
El primero tiene como destinatario al
Pueblo San José en la figura del delegado municipal, por haberse preocupado y
ocupado ante la sugerencia realizada por Jorgelina, tataranieta de Don Josef
Walter de poder hacer un homenaje y tratar de reunir a los familiares en la
Kerb, y el segundo es para colocar en la Bóveda Familiar.
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