Rescata

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sábado, 30 de diciembre de 2023

Quién se acuerda de esta tradición de Año Nuevo: Wünsche gehen?

 “Cuando éramos niños, el día de Año Nuevo era para nosotros una jornada de fiesta” -recuerdan
los más ancianos de la colonia. “Salíamos a visitar a toda la parentela vor wünsche (para desear feliz Año Nuevo). Entrábamos en todas las casas para desear un feliz comienzo de año a todos los integrantes de cada familia, y ellos, a cambio, nos obsequiaban masitas caseras, unas golosinas, escasas en aquel tiempo, y un poco de dinero, cuando había. Para los niños humildes de la colonia era, quizás, la única fecha del año en que recibían una golosina. Por eso no dejábamos de visitar ningún pariente ni amigo. Con cada regalo armábamos un paquetito que llamábamos Pindle: poníamos las golosinas en el centro de un pañuelo y uníamos sus cuatro puntas mediante un nudo”.


Así comenzaban Año Nuevo los niños de la colonia

El primer día del año los niños se levantaban bien temprano a la mañana, casi con el amanecer, para saludar a sus padres deseándoles feliz año nuevo, recitando un poema varias veces centenario y de autor desconocido, que dice así: Vater und Mutter ich wünsche euch glückseeliges neusjahr, langes leben und Gesundkeit; frieden und einigkeit und nach eren Tod die ewige klückseeligkeit”. “Das wüsnsche mir dir auch”, respondían mamá y papá mientras les obsequiaban algún presente.
Cumplido este ritual, los pequeños salían a visitar a parientes y amigos para también desearles la felicidad en el año nuevo que comenzaba. Pero esta ocasión el poema era otro: glück und segen / auf allen Wegen! / Frieden im Haus / jahrein, jahraus! / In gesunden und kranken Tagen / kraft genung, Freud und Leid tragen! / Stets im Kasten ein stücklein Brot, / das geb’ uns gott!
Al finalizar la jornada todos los niños de la colonia, sobre todo los más humildes, se sentían dichosos con la enorme cantidad de regalos que lograban reunir tras una larga jornada de “trabajo”, visitando tíos, abuelos y demás parientes (Autor: Julio César Melchior).

domingo, 24 de diciembre de 2023

¡Feliz Navidad!

 Es mi deseo que esta Nochebuena nos encuentre a todos juntos alrededor de la enorme mesa familiar, celebrando el nacimiento del Niño Jesús, tal como lo hacían nuestros ancestros, con los corazones plenos de alegría y bienestar, compartiendo el don supremo de estar unidos y agradecidos al Señor por los dones recibidos y por los que vendrán.¡Feliz Navidad!

jueves, 21 de diciembre de 2023

¡Das Christkindie kommt!

 ¡Ahí viene! ¡Ahí viene!
El niño Jesús
caminando por las calles
de la humilde colonia.

Va vestido de blanco,
las manos llenas de golosinas,
a visitar a los niños,
a consolar sus corazones.

Llega después del Pelznickel,
a secar las lágrimas,
que el viejo barbudo
hizo brotar con sus cadenas.

Ahí viene el Pelznickel

 Por las calles oscuras,
en la Nochebuena,
va de casa en casa,
el Pelznickel.

Un colono disfrazado
con el Pelz del abuelo,
de la época de la arada,
cuando caían las grandes heladas.

Sus gritos guturales,
su arrastrar de cadenas,
asusta a los niños,
que lo aguardan llenos de miedo.

Porque ya en la casa,
los hace arrodillar,
sobre granos de sal,
para sus travesuras expiar.

Y los obliga a rezar,
una y otra vez,
mientras los pobres niños,
lloran, aterrados, sin parar.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Eran otros tiempos, las aldeas de los alemanes del Volga

La pintura que retrata el texto 
es de Franz Haussler (1845-1920)
 Los pueblos alemanes, en otros tiempos, otros días, otras horas, allá lejos en la historia, eran localidades totalmente diferentes. Con otras tradiciones. Otras costumbres. Las personas vestían y vivían de otra manera. La existencia se desarrollaba apacible y tranquila. Por las calles de tierra trajinaban su pregón el vendedor de pan, carne, verduras, frutas y otros productos domésticos, cada uno con su carro característico: el carro lechero, carnicero ,verdulero, etc. Se conversaba en alemán a toda hora y en todo momento. En los hogares, en la escuela, en la iglesia, en las calles... Para comprar; para vender; para celebrar; para reír contando un chiste; para llorar relatando un recuerdo; siempre se recurría a la lengua alemana. No había otra; no se precisaba ni era necesario.
Sí, eran pueblos diferentes. Pueblos en los que la familia se reunía en torno a la mesa después de la cena a compartir relatos de trabajos que habían realizado durante la jornada, para después rezar en comunión y unidad; o cantar canciones tradicionales al ritmo de la verdulera; saborear Kreppel; en fin, vivir la vida con sencillez y profundidad, disfrutando de cada momento. Sin tanto lujo, tanto consumismo, sin pretender tener más que el vecino, sin tantos utensilios innecesarios que sólo llenan el hogar de artefactos eléctricos y lujo material pero lo vacían de lo esencial: la solidaridad.

domingo, 10 de diciembre de 2023

¿Te acordás del Pelznickel?: las tradiciones navideñas de los alemanes del Volga

Entrevista al escritor
Julio César Melchior,
realizada por

lanuevaradiosuarez.com.ar
 Los descendientes de los alemanes son poseedores de una riquísima tradición para estas fechas festivas que cierran el año, que traen noticias con esperanzas renovadas del nacimiento del Niño Dios y la posterior llegada de los Reyes Magos.
¿Cómo se vivía esta importante etapa del año? Esta pregunta La Nueva Radio Suárez se la hizo a Julio César Melchior, escritor sobre la historia, costumbre y tradiciones de los Pueblos Alemanes. 
En el principio, se refirió a San Nicolás, “que se conmemora todos los 6 de diciembre. Fue un obispo católico que vivió en el siglo IV. A partir de sus obras, con el transcurrir de los siglos, fue derivando en lo que hoy conocemos como Papá Noel”.
Claro que Papá Noel, indica, se terminó de consolidar a fines del siglo XIX, más toda la impronta del siglo XX a partir de la utilización de esta imagen de una popular fábrica de gaseosa. “Esto derivó después, para las Colonias, en lo que se conoce como el Pelznickel”. 
Explica que la Navidad y el Año Nuevo de los alemanes del Volga tienen una fuerte presencia religiosa, pero, a su vez, “deriva en una celebración familiar y social. Porque la costumbre de la Navidad, en cada Noche Buena, era concurrir toda la familia a misa, a las 12 de la noche. No estaba la costumbre del brindis y todo eso, porque se cenaba antes de ir a misa”.
Explica Julio César que “al regresar a casa, la familia esperaba la llegada del Pelznickel, que no era más que otro colono disfrazado con un sobre todo, por lo general negro, con botas de campo, una barba hecha con lo que encontraba, un sombrero”. Hay que tomar en cuenta el contexto: Julio César recuerda que en aquel momento no había iluminación eléctrica en las calles. “Se lo oía llegar de lejos, porque venía gritando sonidos guturales y arrastrando la cadena más pesada que pudiera encontrar para que escuchara sus ruidos. Hay que transportarse a esa época, los chicos entraban en pánico”.
Es que ese personaje ya sabía de antemano “las travesuras que los niños habían cometido durante el año -a instancia de los padres-, por lo que al ingresar a la casa preguntaba, ¿dónde están los chicos malos? Y los interroga”.
Los niños se escondían tras las faldas de la madre, debajo de la mesa, en el mejor escondite o buscaban escaparse. “El que había cometido alguna falta los hacían rezar, los pasaban por todas las oraciones. Era un momento complicado. Algunos traían una ramita y había algún castigo”.
Cuando este tenebroso personaje abandonaba la casa, “llegaba el Christkindie, que sería como el Niños Jesús. Generalmente era una niña, vestida de blanco, que traía golosinas. Era como representar el bien y el mal. Uno el castigo, el otro la resurrección, la vida nueva, empezar el año limpio”.
Estas representaciones fueron recuperadas en algún momento y se hicieron muy buenas representaciones, de la mano de alguna de las instituciones de los Pueblos Alemanes, hace unos años atrás.
Más vale que ambos personajes dentro de las tradiciones era una presencia intangible, traída por los padres y mayores en general, ante la travesura de los niños de la casa, recordándoles que para fin de año llegaban uno y otro. “Es como en otras culturas, el famoso ‘Cuco’. A los niños se los asustaba de esa manera. ‘Portate bien que va a venir el Pelznickel y te va a llevar’, le llegaban a decir”.
En los primeros tiempos de la Colonia, “aparecía en todos los hogares. Lo que por ahí no aparecía era la presencia del Christkindie. Pero el Pelznickel aparecía en todos los hogares” relata Julio César, aclarando que él no lo llegó a vivir. 
Pero tiene una anécdota de un amigo, mayor que él. “A mi amigo el Pelznickel le quiso llevar la hermana, porque siempre se peleaban, y todavía lo recuerda. Pasaron los años y cada Navidad lo recuerda”.

Tradiciones de Año Nuevo de los alemanes del Volga (entrevista al escritor Julio César Melchior, realizada por La Nueva Radio Suárez)

 Al amanecer del primer día del año nuevo los chicos les deseaban “el feliz día a sus padres, en alemán. Después, tomaban sus pañuelitos y recorrían a todos sus familiares y vecinos, deseándoles el feliz año y recibiendo a cambio dinero o lo que en aquel tiempo era más importante para ellos, porque no lo recibían nunca, las galletitas compradas o golosinas, algo inimaginable. Lo que les deban lo ponían dentro del pañuelito, lo ataban en las cuatro puntas y seguían recorriendo otros hogares”.
Otra costumbre de aquella época, que ahora ya no se hace más, y recuerda otra. “En Año Nuevo los protagonistas eran los niños. El 6 de enero se celebraba el Año Nuevo de los mayores. Ese día los que salían a brindar y a desear feliz comienzo de año eran los mayores”. Claro que “a ellos no se les daba golosinas. Se los convidaba guindado o algún licor. Imaginemos, yendo de casa en casa, cómo terminaba ese recorrido. Era muy habitual que sucediera eso. Porque no estaba bien visto decir que no. Entonces… una copita tras otra. Por eso todo terminaba en música, en baile, en jolgorio”, relata el escritor Julio César Melchior.
“Lo bueno es que no se pierda esto, que viva en la memoria colectiva. Que todos sepamos cómo fueron las Colonias en sus momentos, qué tipo de vida social y familiar llevaban, cómo era la cultura. Porque, en definitiva, forma parte de nuestra identidad y muchas de las acciones y reacciones nos vienen de aquel tiempo de manera inconsciente. Así sucede en muchos rasgos colectivos, individuales y de la vida diaria”.