Rescata

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sábado, 22 de febrero de 2020

Receta de Kartoffel und Klees

Ingredientes:
1 kg. de papas
½ kg. de harina
1 huevo
½ taza de agua
1 pizca de sal

Preparación:
Colocar en un bol ½ kilo de harina, agregar el huevo, el agua y pizca de sal; mezclar bien todos los ingredientes hasta obtener una masa liviana y dejar descansar ½ hora aproximadamente. Cortar las papas en dados y ponerlas a hervir. Luego tomar la masa con las manos y cortar pequeños trocitos, dejándolos caer directamente dentro del agua, que debe estar en plena ebullición. La cocción de los Klees es de 5 minutos aproximadamente. Pasar todo por colador para que escurra bien. Se puede servir con chucrut, con pedacitos de panceta dorados previamente en aceite, con crema o con huevo batido.
Esta y 150 recetas más, todas tal cual las elaboraban las abuelas, las encuentran en el libro "La gastronomía de los alemanes del Volga", que pueden adquirir desde cualquier punto del país, escribiendo al correo electrónico juliomelchior@hotmail.com.

Eran otros veranos, los veranos de nuestra niñez

Durante el verano, a las mañanas, bien temprano, con el amanecer, y al atardecer, junto con el sol que se iba a dormir en el horizonte, las madres y los niños de la casa, sin importar edad ni sexo, regaban la huerta, llevando y trayendo enormes baldes desde la bomba de agua hasta la quinta. Las verduras y hortalizas florecían y producían por doquiera. Había abundante cantidad de tomates, pepinos, zapallitos, lechuga, repollo, decenas y decenas de cosas ricas que mamá y la abuela transformaban en sabrosas comidas o ensaladas o en conservas y dulces que almacenaban en los sótanos para el invierno. Me acuerdo del dulce de zapallo y tomate, entre varios otros, que cocinaban sobre la cocina a leña y envasaban en frascos de todos los colores y tamaños que juntaban a lo largo del año para estos menesteres.
Los niños y las niñas ayudábamos sin quejarnos ni lamentarnos jamás. Para nosotros nunca representó un trabajo regar la quinta todas las mañanas y todas las tardes. Lo tomábamos como una obligación, es cierto, pero también como un juego, un momento en que todos los hermanos estábamos juntos, con mamá y, a veces, también con papá, riendo, conversando, en ocasiones haciendo travesuras, como arrojarnos un balde lleno de agua. Todavía la recuerdo a mamá retando a mi hermano porque me empapó o porque me puso el pié mientras corríamos hacia la bomba compitiendo para ver quién llegaba primero para sacar agua y volver a llenar el balde.
Eran otros veranos, los veranos de mi niñez. Iguales a los de muchos de ustedes que leyeron estas líneas… ¿No es cierto?

Nuestras abuelas tienen mucho para contarnos

Nuestras abuelas tienen mucho para contarnos y este libro rescata su memoria y la graba en el recuerdo para siempre. “La vida privada de la mujer alemana del Volga”, tiene en sus páginas la voz de nuestras abuelas, esas grandes mujeres que también hicieron historia y nos legaron una herencia cultural que nosotros tenemos el deber de conservar para siempre.

Por el orgullo de nuestra cultura y nuestras tradiciones

Por el orgullo de mi crianza, de mi infancia y juventud, por mi pueblo y su gente, por mis padres y abuelos, es que quise y quiero dar a conocer la historia y cultura de este pueblo que acunó a tantos hombres y mujeres dignos de ser conocidos. Por el trabajo y el sacrificio que marcó su historia, por la lucha y la esperanza. Por el orgullo de su cultura y sus tradiciones, que son las mías. Por todo esto, es que escribí libros que abarcan distintos aspectos de esta cultura digna de ser conocida y difundida, para que no se pierda en el olvido y viva de manera permanente en la memoria de sus descendientes y de todos aquellos que deseen aprender de su legado y admirar su pasado, lleno de buenos ejemplos y de epopeyas dignas de imitar.

jueves, 20 de febrero de 2020

El 21 de febrero se cumplen 55 años de la entronización de la Virgen de Fátima en la gruta ubicada en la rotonda de ingreso a Pueblo Santa María

La imagen de la Virgen de Fátima fue traída desde Portugal por el padre Juan Peter, un sacerdote que es recordado no solamente por las obras que plasmó sino también por haber sido un gran benefactor de la localidad. Por tal motivo, el domingo se llevará a cabo una procesión y posterior misa de acción de gracias, para agradecerle a la virgen las bendiciones recibidas a lo largo del año, tal cual se viene haciendo desde aquel lejano 21 de febrero de 1955, en que se llevó a cabo la ceremonia de entronización. Siendo una tradición que se mantiene inalterable a lo largo de los años.

Haciendo un poco de historia, hay que rememorar que durante los primeros años de la década del '60, profundizándose aún más a lo largo del año 1962, la zona fue asolada por una de las sequías más devastadoras de las que se tengan registros.
Los productores agropecuarios cansados de tanto mirar el cielo en vano, fueron a ver al párroco Juan Peter que, conjuntamente con toda la feligresía, se encomendaron a la virgen, haciendo la promesa que si llovía, iban a construir una gruta en su honor.
El padre Peter, impulsor de la idea, trajo desde Europa una imagen de la Virgen de Fátima, directamente desde el lugar donde está ubicado el Santuario de la Virgen de Fátima, en Portugal, que luego fue emplazada en la Gruta, construida en el acceso a Pueblo Santa María, y consagrada un 21 febrero de 1965, con multitudinaria y solemne procesión que partió desde el frente de la iglesia y recorrió los tres kilómetros hasta el lugar a pie, con carrozas alusivas y llevando las maquinarias que en aquel entonces eran de uso común en el campo, además de los frutos que producía la tierra, para ofrendarlos en señal de gratitud por la lluvia recibida.
Oscar Baumgaertner, fiel custodio de la Gruta, que la visita diariamente y la mantiene en perfectas condiciones, recordó alguna vez "que la imagen fue traída por el padre Juan Peter, quien en un viaje que realizó a Alemania, a su vuelta a la Argentina, pasó por Portugal y trajo esta imagen de allí, original, ya que en su base tiene tierra de Portugal. Fue entronizada el 21 de febrero de 1965. Veníamos de una sequía importante, cuando el padre Peter dijo a los colonos que tenían que pedirle ayuda a la madre de Dios, a Santa María. Llegó la lluvia y la promesa había que cumplirla, de levantarle a la Virgen un santuario a la entrada del pueblo, donde está hasta el día de hoy”.
Oscar Baumgertner también recuerda en una nota que le realizó La Nueva Radio Suárez, que "costó mucho ingresar la imagen de la Virgen al país, porque cuando llegó a la Aduana no pudo ser ingresada porque en aquellos tiempos ya se hablaba de la droga. ¿Qué tuvieron que hacer? Abrir la parte de la cabeza, que hasta el día de hoy se puede ver, para ver que en su interior no traía nada extraño.
"Lograr que la Aduana liberara la imagen y permitiera su tránsito hacia Pueblo Santa María fue el resultado de gestiones del escribano Domingo Nicolás Moccero” - revela Oscar Baumgertner.
Y concluye que la Gruta de Fátima tiene dos hermosos murales pintados en sus paredes laterales. Las mismas son obras del recordado artista plástico de la localidad, don Salvador Schneider, que fueron plasmadas hace muchos años, y restauradas por la artista plástica Karina Schwert.

Dato histórico adicional

El constructor de la Gruta fue don Pedro Schmidt, oriundo de Pueblo Santa María, quien no sólo profesaba una profunda fe cristiana sino que además tenía cercanía con el clero y principalmente con la congregación del Verbo Divino, lo cual hizo que fuera el constructor de muchas de las obras arquitectónicas que levantaron los sacerdotes en la colonia. La familia cuenta que también trabajó en la ampliación de la Iglesia ‘Natividad de María Santísima’ y en la Escuela Parroquial Santa María y participara en la edificación de obras en Pueblo San José.

Manteniendo vigente la tradición

Como se viene llevando a cabo desde hace ya 55 años, este domingo se llevará a cabo una nueva procesión a la Gruta de Fátima en señal de agradecimiento por los dones recibidos. A las 17:30 partirá una procesión desde el frente de la iglesia y posteriormente, a las 18:30, se celebrará la misa en la Gruta. Seguramente volverá a ser acto de fe multitudinario.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Recuerdos que nunca debemos olvidar

Las mesas largas con sus sillas de madera, las cocinas a leña, el sabor y el aroma de las comidas tradicionales, el amor de mamá y papá cuidándonos en las largas noches de invierno, cuando nos enfermábamos, la abuela cantándonos el “Tros tros, Trillie” y el abuelo tocando la acordeón… Los casamientos de antaño, que se prolongaban durante casi una semana, la misa de los domingos, los almuerzos interminables… Y el recuerdo de los que ya murieron pero nunca se fueron de nuestro corazón… Todo eso y mucho más, en el libro “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, que se puede adquirir desde cualquier lugar del país, comunicándose a juliomelchior@hotmail.com.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Homenaje a los alemanes del Volga de Entre Ríos

Llegaron del Volga con sus equipajes llenos de esperanza. Vinieron de la lejana tierra del zar.
Vestían prendas oscuras y sobrias a la moda de siglos pretéritos.  Lucían cabellos rubios y ojos celestes como el cielo. En las manos llevaban una Biblia y un rosario.  En los baúles traían materiales de labranza. Hablaban en alemán. Asombraron a todos. ¿Quiénes eran estos rusos que hablaban entre ellos en alemán y vestían de manera tan anacrónica?
Llegaron a la provincia de Entre Ríos a colonizar tierra virgen e indómita y con la ilusión de forjar los destinos de una nueva patria. Fundaron aldeas. Construyeron iglesias. Abrieron caminos.  Sembraron  valles y valles de trigo. Implantaron sus costumbres. Soñaron. Transformaron en realidad sus quimeras. Cosecharon.
El tiempo pasó. Llegaron los hijos. Luego los nietos. Las aldeas crecieron. Las familias se multiplicaron y echaron raíces, cuyos árboles dieron buenos frutos: médicos, abogados, maestros…
Entre Ríos comprende que sin ellos ya no sería Entre Ríos. En las venas de su historia social, económica y política, corre sangre de inmigrantes alemanes del Volga, esos mismos alemanes tímidos pero aguerridos para el trabajo, que un día arribaron de la lejana tierra de los zares para empezar una nueva vida. La provincia les debe mucho a estos entrerrianos de alemanes de cabellos rubios y ojos celestes. Les debe muchas páginas de su epopeya agraria y su grandeza agrícola.

martes, 11 de febrero de 2020

¡Nuestra identidad!

Bajaron del barco. Viajaron en tren. Llegaron a sus colonias. Levantaron sus casas de adobe. Sencillas y humildes. Ladrillo sobre ladrillo. Esfuerzo sobre esfuerzo. Araron la tierra. La sembraron. Cosecharon. Y la volvieron a arar, sembrar y cosechar. Hicieron todo eso y mucho más. Lo hicieron sin conocer una sola palabra de español.  Hablaban, cantaban y rezaban en alemán. Y la nueva patria y Dios los entendieron y comprendieron. La Argentina los cobijó dándoles la oportunidad de un destino de prosperidad y Dios los protegió llenándoles las almas de gracia y las manos de abundancia.
Con el transcurso de los meses nacieron los hijos. Con los hijos surgió un hogar. Con el hogar una comunidad. Con la comunidad una colonia. Y con la colonia una iglesia, una escuela, almacenes de ramos generales…
Y llegaron más familias. Y la colonia creció. Se levantaron casas de ladrillo, grandes, hermosas, con jardines. Se embriagaron de lujo. Nació el deseo de tener dinero. De poseer cosas materiales. Floreció el ansia de poder. Se formaron clases sociales. Ricos muy ricos y pobres muy pobres. Unos pocos pudieron estudiar. Muchos tuvieron que comenzar a trabajar desde niños. Se acrecentó la desigualdad. Se perdieron tradiciones, costumbres…  Se olvidó el origen. Empezó a desaparecer el idioma. La identidad tambaleó.
Hasta que un día unos pocos comprendieron lo que estaba sucediendo: las raíces culturales morían. Había que hacer algo. Y esos pocos hicieron.  Y todavía están haciendo. “Hay que conservar lo que aún tenemos y rescatar lo que ya perdimos”, decidieron. Eran pocos, es cierto. Pero su trabajo está dando frutos. La identidad se está recuperando. Están volviendo a ser lo que nunca debieron dejar de ser: alemanes del Volga. Descendientes de inmigrantes de alemanes de una aldea del Volga, con sus costumbres, tradiciones, cultura e historia. En suma: ¡con su identidad! ¡Nuestra identidad!

Nuestros abuelos, los inmigrantes

domingo, 9 de febrero de 2020

Un libro que rescata la vida de las mujeres alemanas del Volga, con su historia cotidiana, sus costumbres y sus tradiciones, tanto familiares, como sociales y religiosas

Para poder conocer el mundo que habitaba la mujer alemana del Volga de las aldeas de antaño, bucear en las profundidades de sus secretos, desentrañar sus misterios, sus miedos, sus creencias y todo de lo que en aquellos tiempos no se hablaba y era tabú, no dejen de leer el libro "La vida privada de la mujer alemana del Volga" que cuenta todo lo que por años se mantuvo oculto.
(Se puede adquirir por correo desde cualquier lugar del país. Escribir a: juliomelchior@hotmail.com).

jueves, 6 de febrero de 2020

Cinco libros que rescatan y preservan la historia, costumbres y tradiciones de los alemanes del Volga

Mis cinco libros de los alemanes del Volga, cuyos títulos son: “La gastronomía de los alemanes del Volga”, “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, “La vida privada de la mujer alemana del Volga”, “Historia de los alemanes del Volga” y “La infancia de los alemanes del Volga” los pueden adquirir en pueblo Santa María, partido de Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires y en el barrio de Belgrano en Capital Federal. Además llegan a domicilio por correo a cualquier punto del país. Para cualquier información comunicarse a la dirección de correo electrónico: juliomelchior@hotmail.com.


El adiós a la aldea natal

Guardó sus enseres de cocina en los baúles al igual que la ropa de cama y las prendas de vestir. Es imposible llevarlo todo. Sobran platos, vasos, ollas, mantas, sábanas. Tantos años ahorrando y cuidando las cosas. ¿Para qué? Para ahora terminar malvendiéndolas o regalándolas a las familias que no quieren, no pueden, o tienen temor de marcharse. Es muy poco lo que se puede cargar en el carro, menos aun lo que se va a poder subir al tren, y menos todavía lo que se va a poder llevar como equipaje al ascender y ocupar los diminutos espacios disponibles en el barco. Todo es así de injusto si se viaja entre en el pasaje que ocupan los que huyen del hambre, de las persecuciones, de las guerras, de la muerte, de los que son fáciles de estafar y engañar porque ya no tienen opciones.
La familia termina de cargar los baúles en el carro. La pareja asciende y se sienta en el pescante. Los niños dónde pueden. Todos están tristes. La mujer llora. El hombre mira el camino. Una larga distancia a recorrer los espera. Es duro el adiós y será doloroso el desarraigo y eterno el recuerdo. Jamás olvidarán la aldea, el río Volga y a sus familiares y amigos que los despiden con el alma desbordada de llanto.
El hombre agita las riendas, los caballos relinchan, y empiezan a andar. Lentamente la historia que escribió la familia en las aldeas del río Volga va quedando atrás. Los espera la Argentina. Autor: Julio César Melchior.

lunes, 3 de febrero de 2020

Se viene la quinta Strudel Fest, el 7 y 8 de marzo, en Pueblo Santa María, con acceso libre para todo público

Pueblo Santa María se prepara para un gran acontecimiento. Dos días plenos de actividades tradicionales que incluyen elaboración y degustación de un Strudel gigante, concurso gastronómico, degustación de gastronomía alemana, espectáculos artísticos, danzas típicas, paseo de artesanos, recorridos turísticos y el Strudel Rock, con la estelar presentación de Turf. Todo absolutamente gratuito.

Se viene la Strudel Fest en su quinta edición, con acceso libre para todo público, el 7 y 8 de marzo en el Pueblo Santa María.
Se elaborará un Strudel gigante y habrá un concurso gastronómico, con degustación de gastronomía alemana, espectáculos artísticos, danzas típicas, paseo de artesanos, recorridos turísticos y el Strudel Rock con la estelar presentación de Turf. Todo gratuito.
El sábado 7, a las 15 hs., apertura del paseo a lo largo de toda la Avenida 11 de Mayo. A las 19 hs., el concurso “Mejor Strudel de Santa María 2020” y se habilita el museo para visita del público y la Strudel Rock con la actuación de Cínicos Coyotes a las 20 hs., luego Raúl Benítez, a las 20:30 hs. J.A.M.A.S y a la medianoche Rey Garufa.
El domingo 8 de marzo, a las 11:30 hs. será la inauguración oficial con la presencia de las autoridades y la Banda Municipal. Habrá almuerzos populares y mucho más en gastronomía.
Se elaborará un Strudel gigante y habrá un concurso gastronómico, con degustación de gastronomía alemana, espectáculos artísticos, danzas típicas, paseo de artesanos y recorridos turísticos.
Más tarde sigue la gran fiesta con los Alegres del Volga, danzas con el Ballet Alles Froh, adultos mayores de Santa María y su ballet, música alemana con Gonzalo Berger, Darío Franco y Dany Schwerdt, a las 21 hs. actuará Turf y el cierre será con el gran baile popular del Grupo Revelación.
Para más información, comunicarse a centrocultural_santamaria@hotmail.com o al tel. 02926 49-4196.

domingo, 2 de febrero de 2020

Una costumbre ancestral: la tradición de tener las gargantas bendecidas

Para los habitantes de los pueblos alemanes hoy se lleva a cabo una importante celebración litúrgica: la fiesta de San Blas, la tradición de tener nuestras gargantas bendecidas. Para ello, el sacerdote consagra dos velas, por lo general con una oración, y luego coloca las velas en una posición cruzada en la garganta de la persona que está siendo bendecida. San Blas es el santo de las personas con enfermedades de la garganta y era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta. Murió mártir en el siglo IV.

sábado, 1 de febrero de 2020

Tros, tros, trillie, la canción que nos cantaban nuestras abuelas

Tros tros trillie, es la canción que nos cantaban nuestras abuelas en la niñez y es quizás, la más popular de todo el repertorio musical que nos legaron nuestros ancestros. La versión que publicamos, fue tomada del libro “La infancia de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, recientemente publicado, dónde se podrán encontrar varias versiones más, rescatadas y reconstruidas para que no se pierdan en el olvido.

Tros, tros, Trillie

Tros, tros, Trillie,
der Bauer hat ein Fihllien,
des Fihllien kandt net laufen (1 ),
des Fihllien muss mer tragen,
pum, pum,
leits in grobe.

Arre, arre, caballito

Arre, arre, caballito,
el campesino tiene un potrillito,
el potrillito no puede caminar,
el potrillito tiene que ser cargado,
pum, pum,
cae en la zanja.

(1) Las traducciones se mantienen fieles a la lengua que utilizan en su habla cotidiana los descendientes de alemanes del Volga.