Rescata

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miércoles, 21 de abril de 2021

La gastronomía de los alemanes del Volga y sus comidas tradicionales

Un libro que rescata en sus páginas más de 150 recetas de comidas tradicionales de nuestras abuelas. Todos los ingredientes y la manera de cocinar los más exquisitos platos típicos junto con los ingredientes y el paso a paso para elaborar quesos, postres, panes, sopas, cervezas, guindados, licores, chucrut, pepinos en conserva, y mucho, mucho más, con fotografías a color.
Un libro para regalar y regalarse. Una obra para guardar y atesorar. Un tesoro que nos legaron nuestros ancestros y que define nuestra identidad.
Al alcance de todos en librería Lázaro, en Coronel Suárez, Pcia. de Buenos Aires, y por correo, desde cualquier lugar del país.

El cantar del abuelo

Las calles eran de tierra:
polvo en verano
y barro en invierno.
Las casas de adobe:
frescas en el estío
y cálidas durante las noches frías.
Las gentes eran buenas:
honestas en el trabajo
y solidarias en el pan.
Las manos vacías de riquezas
pero llenas de generosidad.

Los campos eran amarillos:
mar de trigales en la vastedad pampeana.
Daban granos por doquiera:
semillas que se trocaban en harina.
Harina que se hacía pan.
Pan que se volvía hostia.
Hostia que se transformaba
en el cuerpo de Cristo.

jueves, 15 de abril de 2021

15 de abril: Día del Alemán del Volga

Un merecido homenaje a nuestros ancestros. A todos los antepasados que, con trabajo, sacrificio, esfuerzo, coraje, fe en Dios, en el futuro y en el progreso, hicieron de esta Argentina un país mejor para ellos y sus descendientes, fundando localidades, aportando trabajo, ejemplos de vida, educación, cultura, tradiciones. Nunca nos olvidemos de recordarlos y rendirles homenaje.
Un día como hoy pero del año 1975 por primera vez se celebró una reunión en la ciudad de Crespo, para formar una Comisión de Descendientes de Alemanes del Volga, donde fue electo presidente el señor Víctor Pedro Popp. El objetivo de la Asociación fue la de congregar a todos los descendiente de Alemanes del Volga del país, para mantener viva la tradición y costumbres de padres y abuelos. Y esa fecha fue elegida para conmemorar el “Día del Alemán del Volga”.

Homenaje a nuestros abuelos

Los abuelos llegaron a la Argentina con los baúles llenos de esperanza. Descendieron en el puerto de Buenos Aires. Viajaron en tren a un lugar desolado en el medio de la pampa que el gobierno les señaló para fundar un nuevo pueblo. Hundieron el arado en la tierra virgen. Erigieron viviendas con adobes que ellos mismos fabricaron. Edificaron escuelas. Levantaron un altar y una iglesia en honor a su Dios, Nuestro Señor.
Andando el tiempo llegaron los hijos y la prosperidad. El pequeño poblado creció. La escuela se llenó de niños que educaban las hermanas religiosas. En los patios de las viviendas florecieron los rosales y en los campos se cosechó el trigo para el pan.
Mientras tanto en sus calles se seguía escuchando el idioma natal, en los hogares se entonaban las canciones de cuna ancestrales, la gente seguía asistiendo a la iglesia, respetando las costumbres y las tradiciones y ayudando al prójimo como el primer día, cuando llegaron de allá lejos, de su aldea natal, allende el Volga.

lunes, 12 de abril de 2021

13 de abril: aniversario de Pueblo San José

Pueblo San José, ubicado en el Partido de Coronel Suárez, en la Provincia de Buenos Aires, es fundado el 13 de abril de 1887 por 15 familias inmigrantes alemanas del Volga oriundas de las aldeas Dehler y Volmer. Las familias de Martín Sieben, Jacob Schwab, Stephan Heit, Jacob Schell y Konrad Schwab fueron las primeras en llegar y comenzar a limpiar la zona de malezas para edificar sus primeras y precarias viviendas. En los días sucesivos llegaron al lugar las familias de Johann Förster, Johann Butbilopky, Johann Opholz, Nicolás Seib, Michael Schuck, Matthias Schönfeld, Johann Peter Philip, Adam Dannderfer, Gottlieb Diel y Heinrich Heim.
Las 5 familias citadas en primer término se instalaron definitivamente en la nueva localidad,mientras que las diez restantes, con el transcurrir de los años, fueron emigrando hacia otras regiones, no solo del país sino del exterior.
El nombre que se le da a la localidad es Dehler. Posteriormente se le asignaría el definitivo de Pueblo San José pero, popularmente, hasta la actualidad, se la llama Colonia Dos (en dialecto zweit Konie).
Los primeros años fueron difíciles y muy duros porque fracasaron una tras otra las cosechas por heladas y por el desconocimiento que tenían los colonos del clima y la mala elección en la variedad apropiada de la semilla al momento de la siembra.
Sin embargo, con tesón, mucho sacrificio y fuerza de voluntad, lograron salir adelante y convertir a Pueblo San José en una comunidad progresista y en permanente desarrollo.

sábado, 10 de abril de 2021

Los ojos de mamá

Tenía en los ojos el celeste del cielo pintado con crayones de ternura; eran diáfanos y transparentes como un amanecer de verano; claros y puros como bellos y dulces el mirar de los ángeles; comprensivos como sólo los de una madre pueden serlo.
Tenía en la mirada la dignidad que conceden los valores más nobles, esos que nos llenan el alma de fortaleza en la hora más difícil y dramática y nos hacen levantar y volver a empezar una y otra vez y otra vez y otra vez...; esos que nos abrazan sin necesidad de palabras; esos que nos iluminan el espíritu aun en la soledad y en el recuerdo; esos que nos hacen llorar amargamente cada vez que rememoramos la niñez y pensamos en mamá y evocamos aquel día en que, próxima a morir, nos pidió: “No me olvides. Piensa en mí. Recuérdame en los momentos difíciles. No mires hacia atrás, hacia el pasado, porque siempre estaré a tu lado acompañándote. No me llores. Pero, por favor, no me dejes morir en el olvido. No quemes las fotografías ni tires los objetos que atesoro en mi caja de memorias. Consérvalas. Algún día me extrañarás y agradecerás haberlas guardado porque te servirán para aplacar tu nostalgia. Y una última cosa te pido: quiéreme mucho. Hoy, mañana y siempre... ¡quiéreme mucho, hijo mío!”.

viernes, 2 de abril de 2021

Cómo vivían la Semana Santa los alemanes del Volga? Usos y costumbres de nuestros abuelos

“La Semana Santa comenzaba con el Domingo de Ramos, cuando se bendecían las palmas y ramos de olivo. Portando esas palmas y ramos se organiza una procesión, en recuerdo de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. En tanto que durante la Semana Santa propiamente dicha, se celebraban tres ritos solemnes para evocar la pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo. El Jueves Santo: la institución de la eucaristía; el Viernes Santo: las lecturas de las Sagradas Escrituras, oraciones solemnes, y la veneración de la cruz rememoraban la crucifixión de Cristo; y el Sábado Santo: conmemoraban el entierro de Cristo; los oficios de vigilia de medianoche inauguran la celebración de la Pascua de Resurrección”. (Memorias de August Brost).

Semana Santa

Durante la Semana Santa, las colonias cambiaban totalmente su aspecto. No se oían los suaves acordes de los “Schnerorgellier” y los colonienses que andaban por las calles lo hacían en profundo silencio.
El Jueves Santo, durante la Misa, en que se celebraba la Ultima Cena de Cristo y la ceremonia de lavar los pies para rememorar el lavado de pies de los discípulos de Cristo, el templo quedaba de pronto en silencio y a oscuras: súbitamente los fieles comenzaban a entonar el himno sagrado Gloria in excelsis al tiempo que comenzaban a repicar todas las campanas (que se “volaban” y permanecerían mudas hasta el sábado a la noche, cuando “regresarían”, haciendo el mismo estruendo que ensordecía a toda la colonia). Desde ese momento, solamente las matracas (Klapperer) de los campaneros anunciaban el inicio de la misa, durante los dos días subsiguientes.
El Viernes Santo, los fieles concurrían a misa vestidos de colores oscuros o de negro. Se conmemoraba la muerte de Jesucristo. Era un día dedicado a la penitencia, el ayuno y la oración. La liturgia se componía de cuatro partes diferenciadas: lecturas bíblicas y oraciones solemnes, incluyendo la lectura de la Pasión según san Juan, la adoración de la cruz, la comunión de los fieles y las devociones populares. También se realizaban procesiones por las calles, en las que los niños iluminaban su camino llevando en las manos farolitos (fackellier), adornados con papel crepé, entonando cánticos religiosos y orando devotamente. En muchas esquinas se instalaban pequeños altares preparados por los vecinos.
El Sábado Santo por la noche, se hacía el remedo de quemar a Judas, el traidor de Jesús. Y el Domingo de Pascua se asistía a misa con los corazones alborozados para celebrar la resurrección del Señor.
Al atardecer se organizaban animadas tertulias y bailes. Hecho que se reiteraba los lunes y martes. Siempre con una masiva participación popular.

jueves, 1 de abril de 2021

¿Se acuerdan cuando las campanas se “volaban” durante la misa del Jueves Santo en las colonias de antaño?

El Jueves Santo, como todos los otros días de la semana previos al Domingo de Pascua, era una jornada de introspección, de profundo silencio, las conversaciones se desarrollaban sin estridencias ni risas, hasta los niños estaban obligados a mantener recato en sus juegos: el pueblo entero estaba de luto.
Era día no laborable, para que todos pudieran vivir como corresponde la Semana Santa y no tener inconvenientes para asistir a misa.
La noche del Jueves Santo se conmemora la Institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús y se rememora la agonía y oración en el Huerto de los Olivos, la traición de Judas y el prendimiento de Jesús.
En las colonias, además, tenía lugar un hecho tradicional para los alemanes del Volga: mientras se cantaba el "Gloria" todas las campanas de la iglesia empezaban a sonar al unísono, sonido que se esparcía no solamente por los cielos de la localidad sino hasta una amplia zona de influencia, dado el estruendoso clamor que generaban las tres campanas echadas a volar a la vez. Se decía que “las campanas se volaban”. Sí, se “volaban” todas. Porque desde ese instante quedaban mudas hasta la noche de la Vigilia Pascual, que se desarrolla el Sábado Santo.
Esta tradición de echar a volar las campanas, todavía continúa viva en muchas colonias de alemanes del Volga.
Para llamar a misa en los días subsiguientes se recurría a los Klapperer (matraqueros -traducción literal- o campaneros) que con sus Raschpel (matracas) anunciaban el llamado a misa reemplazando el sonido de las tres campanadas habituales. Pero eso ya es otra historia, que contaremos mañana.

Se acuerdan de las bromas del primero de abril? Una antigua tradición de los alemanes del Volga

El primer de abril era una jornada en que cada habitante de la colonia, tanto niño como adulto, tenía que cuidarse de las pesadas bromas de las que podía ser objeto, bajo el argumento de que “Am ersten April schicken wir die Narren dorthin, wo wir wollen”, lo que en español significa “el primero de abril mandamos a los tontos donde queremos”.
Generalmente las bromas solían ser muy ingeniosas y sumamente pesadas. Se sabe de personas que enviaron a un amigo a otra localidad, distante quince kilómetros, a buscar una pieza de arado en un negocio inexistente.
La frase “Am ersten April schicken wir die Narren dorthin, wo wir wollen” se arrojaba al rostro del pobre burlado en momentos de descubrir éste la broma e ir en busca de una explicación.
Esta tradición, que en algunas colonias, y en el círculo de algunas familias todavía se mantiene viva, tiene un origen muy antiguo, tanto que sus raíces se pierden en el tiempo, lo que da lugar a varias especulaciones, todas ellas fechadas varios siglos antes de la partida de nuestros ancestros de su patria natal.