Las manos de mi padre
eran manos de trabajo,
de roturar la tierra,
sembrar la semilla,
cosechar el trigo
y ganar el pan
para la mesa familiar.
eran manos de trabajo,
de roturar la tierra,
sembrar la semilla,
cosechar el trigo
y ganar el pan
para la mesa familiar.
Las manos de mi padre
me tomaron de la mano
y me guiaron cuando niño,
marcando la senda del bien,
del valor del trabajo bien realizado,
de la felicidad familiar
y el amor comunitario.
me tomaron de la mano
y me guiaron cuando niño,
marcando la senda del bien,
del valor del trabajo bien realizado,
de la felicidad familiar
y el amor comunitario.
Autor: Julio César Melchior
No hay comentarios:
Publicar un comentario