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martes, 5 de enero de 2021

La abuela le enseña a su nieta a preparar Füllsen, el budín de pan tradicional de los alemanes del Volga

-La receta del Füllsen la heredé de mi mamá y ella, a su vez, la heredó de la suya –le dijo la abuela Rosa Lambrecht a su nieta Micaela. Esta receta es la original, la que hacían todas las familias humildes, porque el Füllsen es un budín de pan que se preparaba con lo que había en casa. Tal es así que se preparaba para aprovechar el pan que sobraba durante la semana y se ponía duro. Por eso generalmente, el Füllsen se elaboraba para los almuerzos del domingo, como acompañamiento del lechón al horno con papas. Porque se aprovechaba todo el pan de la semana
-Y es muy difícil hacerlo? -le preguntó Micaela a su abuela.
-Para nada, querida. Es simple, sencillo y muy fácil de hacer. Tan fácil que cualquiera lo puede preparar. Solamente lleva cuatro o cinco ingredientes. Tal vez hoy en día haya algunos ingredientes que se tengan que comprar, porque antiguamente en todas las casas había huevos, porque todas las familias tenían un gallinero. Lo mismo sucede con la crema. En todas las casas había crema. Porque las madres sacaban la nata de la leche y la juntaban en un frasco para tener crema fresca, tanto para cocinar como para untar con el pan como así también para batir y hacer manteca.
-La manteca también se hacía en casa? -inquirió Micaela.
-Sí, respondió la abuela. Todo se hacía en casa. La mayoría de las cosas que en la actualidad se compran, antes estaban en todas las casas de las colonias. Porque en cada hogar no solamente había un gallinero con gallinas que proveían los huevos sino que también había huertas, árboles frutales, un chiquero donde se criaban cerditos para la época de las fiestas y un cerdo para la temporada invernal de las carneadas. Las familias se autoabastecían completamente. Casi no se usaba el dinero. Aparte, por aquellos años era muy poco lo que se ganaba trabajando. El trabajo era durísimo pero la paga escasa.
-Y cuáles son los ingredientes del Füllsen, abuela? -quiso saber Micaela
-Tenés ganas de preparar uno? -repreguntó la abuela
-Sí, por supuesto, abuela. Quiero aprender a hacerlo. Es más, mirá lo que traje: Micaela abrió su mochila y extrajo un anotador con una birome. También traigo otra sorpresita que te la voy a mostrar después.
-Cuál? -quiso saber la abuela mirando hacia la mochila.
-No seas curiosa, abuela. Ya te la voy a mostrar. Te voy a sorprender cuando la veas. Pero primero lo primero. Cuáles son los ingredientes que lleva el Füllsen?
-No me vas a mostrar lo que me trajiste? Puedo mirar que hay adentro de la mochila? –insistió la abuela.
-No, abuela, no insistas -dijo sonriendo Micaela. Vas a tener que esperar. Vos dictame los ingredientes del Füllsen y yo te muestro la sorpresa.
-Está bien -refunfuñó en broma la abuela. Si no me queda otra.
-Y sí, abuela, no te queda otra -acotó Micaela, preparándose para anotar los ingredientes.
-Los ingredientes del Füllsen son muy sencillos. Como ya te dije lleva pan duro, leche, azúcar, crema y huevos… -empezó a enumerar la abuela.
-Noooo, abuela, así no! Cómo querés que prepare un Füllsen de esa manera? Cómo se hace? Que cantidades lleva? Que se hace con ese pan duro? Lo corto o lo meto entero al horno? Y con la crema? Y con los huevos?
-Pero, querida! -aclaró la abuela. Si es muy fácil de hacer. Yo no ando con una libreta de anotador de acá para allá anotando los ingredientes. Yo lo aprendí de mi mamá y ella me lo enseñó así. Me dijo el Füllsen lleva esto, y esto y esto. Y arréglatelas como puedas. Me acuerdo que el primero que hice no solamente me olvidé de un ingrediente sino que se me quemó, porque la cocina a leña estaba demasiado caliente.
-No te creo, abuela -dijo Micaela. Eso es imposible. Vos cocinas súper rico. No te creo nada.
-Sí es verdad -agregó la abuela. Es verdad lo que te digo.
-Pero yo necesito los ingredientes bien explicados, abuela. Necesito el paso a paso -insistió Micaela.
-Estos jóvenes de hoy en día! -suspiró la abuela. Anotá. El Füllsen lleva más o menos un kilo de pan duro, calculale eso. Después aproximadamente un litro de leche, porque la jarra que uso siempre es de un litro. Y después unos puñados de azúcar que serán más o menos, ponele media taza, y una cantidad igual de crema, más dos o tres huevos y abundante cantidad de pasas de uvas. Al abuelo le gustaban las pasas de uva con semilla. Porque él quería que al comer el budín las pasas de uva hicieran ruido al ser masticadas. En cambio a tu papá no le gustaban las pasas de uva con semillas. Y tu tío no quería saber nada con las pasas de uva. Era imposible conformarlos a todos.
-Más o menos venimos bien, abuela -opinó Micaela. Un poco confuso para mí las cantidades. Y la preparación abuela?
-La preparación… -murmuró la abuela pensando. La preparación…. Remojás bien el pan en la leche hasta que esté blando. Eso sí, antes córtalo en rodajas o en cuadraditos. No vas a meter el pan entero en la leche! -dijo riendo la abuela. Y una vez que está blando el pan, lo estrujás para extraer la leche con las manos y lo ponés dentro de una fuente redonda, le agregas la crema, los huevos, el azúcar y empezás a unir todos los ingredientes. Le sumas las pasas de uva y volvés a mezclar muy pero muy bien. Después enmantecás y enharinas una fuente y pones la preparación ahí adentro y la llevas a horno moderado. Está bien así? -preguntó la abuela.
-Digamos que sí -opinó Micaela- no del todo convencida. Cuando lo haya preparado te cuento. Tengo un lío en la cabeza!
-Ahora mi sorpresa -dijo la abuela mirando la mochila.
Micaela volvió a abrir la mochila, extrajo un libro y se lo dio a la abuela. La abuela miró la tapa, lo hojeó despacito, leyó murmurando, miró las fotos. Es un libro de recetas! Exclamó sonriendo.
-Sí, abuela. Corroboró Micaela. Es un libro de recetas de comidas alemanas que escribió Julio César Melchior y contiene más de 150 recetas de los alemanes del Volga.
-Mirá! -casi gritó de alegría la abuela señalando con el dedo una página del libro. Está la misma receta que yo te acabo de dictar.
-Y sí, abuela. Son las recetas originales, las que nuestros antepasados trajeron del Volga. Por eso lo compré. Para guardar y atesorar. Para que todas esas recetas no se pierdan en el olvido. (Autor: Julio César Melchior).

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