Rescata

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domingo, 25 de mayo de 2025

Las inolvidables abuelas de antes

 Las abuelas de antes eran un universo en sí mismas. Sus manos, curtidas por años de trabajo y caricias, contaban historias silenciosas de una vida dedicada a la familia. No conocían el apuro de hoy, sus días se tejían con los ritmos lentos de la naturaleza y las necesidades del hogar. Eran maestras en el arte de la paciencia, capaces de pasar horas hilvanando lana o preparando conservas con una parsimonia que hoy nos resulta casi exótica.
Recuerdo a la abuela Mercedes, siempre con una sonrisa dulce y una sabiduría ancestral brillando en sus ojos. Ella no tenía estudios formales, pero su conocimiento de las hierbas medicinales y los remedios caseros parecía infinito. Ante una dolencia, su consejo era siempre el primer recurso, transmitido de generación en generación, un legado de conexión profunda con la tierra.
Las abuelas de antes eran mujeres fuertes, forjadas en tiempos difíciles. Muchas habían vivido carencias, habían criado hijos en medio de la incertidumbre, pero su espíritu permanecía intacto. Poseían una resiliencia admirable, una capacidad para encontrar la belleza en las pequeñas cosas y para transmitir una profunda fe en la vida.
Sus consejos, aunque a veces envueltos en refranes antiguos, siempre llegaban al corazón, sembrando semillas de bondad y sentido común.
El mundo ha cambiado vertiginosamente desde aquellos años. Las abuelas de hoy viven realidades diferentes, pero el eco de esas mujeres inolvidables perdura en nuestras familias. Nos legaron valores imborrables: la importancia de los lazos familiares, el valor del trabajo honesto, la calidez de un hogar hecho con amor y la sabiduría que solo los años y la experiencia pueden ofrecer.
Quizás ya no veamos a menudo las manos hilvanando lana o las cocinas a leña humeando lentamente, pero el espíritu de esas abuelas de antes vive en cada gesto de cariño, en cada receta transmitida, en cada historia familiar contada. Su recuerdo es un tesoro invaluable, un faro que ilumina nuestro presente y nos recuerda la belleza de un mundo más pausado, más humano, donde el amor de una abuela era el ingrediente secreto de una vida plena. Y por eso, siempre serán inolvidables.

lunes, 19 de mayo de 2025

Se lanzó la quinta edición del libro “La vida privada de la mujer alemana del Volga” del escritor Julio César Melchior

 “La vida privada de la mujer alemana del Volga” es un estudio que trasciende los límites de la mera crónica histórica para adentrarse en las dimensiones filosóficas y sociológicas de la vida de las mujeres de esta colectividad a través de testimonios directos y reveladores.

Un libro que indaga en los espacios de la vida cotidiana de las mujeres alemanas del Volga, profundizando en el universo privado y social en el que tuvieron que desarrollar sus vidas, encerradas en un marco en el que los hombre tenían el poder y el control y eran el centro alrededor de cuya autoridad giraban las premisas de la ética y la moral, las costumbres y las tradiciones, un espacio en el que las mujeres eran consideradas meras actrices secundarias, muchas veces sin margen para ejercer la voluntad y los deseos propios. Permanentemente interpeladas y con la única misión de interpretar el papel de hijas, esposas, madres y abuelas y, en cada caso, ser ejemplo de virtud. Siempre inmaculadas y puras. Siempre amenazadas con el escarnio familiar y público y a ser condenadas al aislamiento social.
A través de testimonios directos y reveladores, el libro “La vida privada de la mujer alemana del Volga” ilumina los senderos recorridos por estas mujeres en la construcción de su identidad personal y de género, para comprender el porqué de sus comportamientos, actitudes y formas de ver y encarar la vida que tuvieron no solamente en el pasado, sino también en la actualidad y, por qué no decirlo, permite comprender mejor la idiosincrasia de las sociedades alemanas del Volga en su conjunto, puestas de manifiesto en cada una de sus colonias y aldeas fundadas a lo largo y ancho no sólo de la Argentina sino de todos los países de América adónde emigraron para construir un presente mejor para ellos y un futuro venturoso para sus descendientes.

Para los que deseen adquirir un ejemplar del libro pueden escribir al correo electrónico  juliomelchior@hotmail.com o al WhatsApp 2926 461373.

sábado, 10 de mayo de 2025

¡Feliz cumpleaños, Pueblo Santa María!

 Cumple años la localidad donde nací. Un pueblo con estilo e identidad propia. Donde nos saludamos cuando nos cruzamos en la calle y conversamos cosas privadas y de la vida misma, cuando nos encontramos en la panadería o en la carnicería. Hablamos de todo y de todos. Porque todos nos conocemos desde el día que nacemos y todos nos preocupamos por todos. Nos ayudamos mutuamente, colaboramos cuando alguien nos necesita y siempre estamos dispuestos a poner el hombro. Somos un pueblo solidario y un pueblo que valora el trabajo y el esfuerzo familiar y en equipo. Sabemos que juntos, unidos, es más sencillo concretar proyectos que, a priori, parecen imposibles. Por eso somos un pueblo con grandes instituciones, grandes ediliciamente y también grandes en el número de personas y familias que participan de las actividades y que no escatiman esfuerzos cuando hay que trabajar y recaudar fondos para hacerlas mejorar y crecer. Instituciones culturales, educativas, deportivas y sociales que nos definen como comunidad. Todas con una dilatada trayectoria y un enorme prestigio construido a lo largo de años de exitosa actividad. Un prestigio que excede lo local e incluso lo regional.
Somos un pueblo de grandes personas y mejores familias. Un pueblo donde se valora la educación, el respeto, la honradez, el esfuerzo para crecer y el trabajo para progresar. Donde todavía podemos dormir con las puertas abiertas y nuestros hijos pueden jugar al fútbol en la calle. Donde todavía, también, se pueden oír a nuestras madres conversando en alemán, cuando se reúnen en la vereda para charlar y contarse las novedades del día, luego de barrer las hojas y dejar todo pulcramente limpio. O se puede escuchar a los hombres jugando a los naipes o a los Koser, contando chistes en la lengua de nuestros ancestros. Y también, como antaño, como siempre, en los atardeceres, se puede oír el sonido de algún acordeón. Ese mismo acordeón que aún anima fiestas familiares o se convierte en el centro de atracción de eventos multitudinarios.
Somos un pueblo que rescata y valora sus tradiciones y conserva sus costumbres. Un pueblo que le rinde homenaje a sus ancestros cotidianamente, siendo fiel al legado cultural que nos dejaron, y manteniendo vigentes las fiestas típicas, las comidas tradicionales y la lengua, que nos identifican como hijos de descendientes de alemanes del Volga.
Por todo ello, vaya un saludo fraterno a mi gente, a todas esas personas sencillas que trabajan a diario para mantener a sus familias, para educar a sus hijos, para hacerlos estudiar, para darles un futuro mejor; a toda esa gente que se esfuerza y trabaja con solidaridad para ayudar al prójimo; para toda esa gente que dedica tiempo y espacio no solo para integrar las comisiones que organizan eventos para recaudar fondos sino también a toda esa gente que participa de las actividades que se llevan a cabo con el objetivo de hacer crecer y progresar a esas mismas instituciones, siempre pensando en un fin comunitario y social.
Y también para toda esa gente que trabaja denodadamente en todos los ámbitos de la vida comunitaria, en la educación, en el servicio de salud, en los diferentes centros y talleres, en el deporte, en las actividades recreativas, y a todos aquellos que aportan su invalorable labor y tiempo, para rescatar, conservar y difundir nuestra historia y nuestra cultura.
Por todo ello, ¡feliz cumpleaños, Pueblo Santa María!
 
Pueblo Santa María está ubicado a 15 km de Coronel Suárez y fue fundado el 11 de mayo de 1887 por un grupo de 24 familias y una persona soltera que llegaron al país desde la aldea Kamenka, en la región del Volga, en el Imperio Ruso. Un grupo con una identidad bien definida, caracterizado por su lengua alemana, su fe en Dios, sus tradiciones culturales, su gastronomía y una sólida organización social comunitaria centrada en la familia y la vida en colonias agrícolas. Valores que sus descendientes conservan en la actualidad.