¿Quiénes eran los rusos? ¿Qué significaba ser ruso? ¿Y por qué sonaba
tan despectivo ese adjetivo? Fueron preguntas que en algún momento de mi
infancia me plantee y entendí que los rusos éramos nosotros. Y me dolió darme
cuenta que los demás nos trataban como si fuéramos poca cosa. Me sentí
humillado y comprendí cuánto prejuicio me rodeaba cuando dejaba mi pueblo y
viajaba a la ciudad, lejos de mi gente.
Treinta años después, comprendo que los rusos, como nos llamaban, eran
un mosaico de identidades que conformaban una sola nación y que nosotros no
teníamos nada que ver con ellos. Comprendí que éramos alemanes, que mis
abuelos, pese a haber llegado de Rusia, eran alemanes y, por lo tanto, yo no
era ruso sino descendiente de alemanes del Volga como descubrí más tarde.
Entendí que pertenecía a una comunidad con una identidad bien definida.
Y supe por fin, por qué, cuando era niño, en la escuela, la maestra nos
enseñaba la historia argentina llena de héroes que nunca llevaban apellidos
como la gente que yo conocía y trataba.
Con dolor, angustia y sufrimiento, desde el día que nací, sentí sobre
mí miradas de prejuicio, discriminación, y cuchicheos de gente foránea que se
refería a nuestra gente del pueblo con motes despectivos e insultantes.
Ahora sé por qué. Porque éramos diferentes. Porque veníamos de Rusia
pero no éramos rusos sino que hablábamos alemán. Teníamos costumbres y
tradiciones diferentes a las argentinas. ¡Y mucho más!
Pero esa no era razón para tratarnos de esa manera. Esa no era razón
para humillar a mis abuelos y a mis padres de manera tan cruel. ¡Cuántas veces,
de niño, vi llorar a mi madre por ser tratada como “rusa de m…”? ¿Por qué? ¿Era
necesario demostrar tanto prejuicio e insultar de esa manera a gente humilde
que no sabía hacer otra cosa que trabajar, ser solidaria, tener fe en Dios y
aportar su gran granito de arena en el crecimiento y progreso de este país que
nos pertenece a todos, a ellos, que nos trataron tan mal, y a nosotros, que
sufrimos tanto por culpa suya? ¿Por qué, pregunto, nos trataron tan mal si
nosotros también somos argentinos?