Tienes una sola vida. Ámala.
Cuídala. Vívela lo mejor que te sea posible. No la destruyas con remordimientos
ni reproches ni sueños que ya no puedes realizar. El pasado ya no existe y el
futuro no sabes si vendrá. Lo único real, concreto y tangible es este presente.
Por lo tanto siente cada cosa que hagas, disfruta de cada acto que lleves a
cabo, y haz solamente lo que amas para que mañana no haya motivo de
remordimientos ni reproches. Toma tus
propias decisiones; no te dejes influir por nadie para no tener que endilgarle
la culpa de tus errores a persona alguna.
No temas. Porque ni quien te
ama; ni quien te odia; ni quien te critica; es capaz de torcer tu destino una
vez que has propuesto una meta. Nadie te
doblegará, a menos que tú se lo permitas. Sólo tú y nadie más que, decides cómo
vivir tu vida.