El 1º de abril es para los alemanes del Volga “el día de los
tontos/idiotas”. Una fecha similar a la conmemoración del día de los Santos
Inocentes. En la jornada de hoy se realizan bromas sin ton ni son, que
concluyen con la mítica frase “der Erste April schicktmer die narre i wu mer will!!! (Escrito
fonéticamente y en dialecto) (La traducción aproximada sería “El 1º de abril se
manda a los tontos/idiotas donde se quiere”). De esta manera se inventan
pesadas bromas en las que se manda a los amigos a hacer o buscar determinada
cosa que no existe o no es tal. ¡¡¡Por eso, amigos, cuidado con las bromas!!!
No vaya a ser cosa que nos mandan a buscar carne en un negocio vegetariano.
Y para completar la nota,
transcribimos una investigación llevada a cabo Charles Panati y publicada en
su libro "Las cosas nuestras de cada días":
Del libro "Las
cosas nuestras de cada dís"
de Charles Panati
El
calendario litúrgico de la Iglesia católica conmemora el 28 de diciembre la
matanza de niños perpetrada por Herodes el mismo año en que nació Jesucristo.
El Evangelio de san Mateo explica, a este respecto, que el rey Heredes,
convencido de que el Mesías acabado de nacer habla de ser proclamado rey y
ocupar su trono, quiso suprimir este peligro y ordenó la muerte de todos los
niños de Belén y sus alrededores, que contaran menos de dos años de edad. Se
dio a estas victimas el nombre de Santos Inocentes, por su imposibilidad de
haber pecado a tan temprana edad y por haber muerto en vez de Cristo.
Durante la Edad Media, los
auxiliares de las iglesias, muy en especial los monaguillos, conmemoraban esta
festividad, aunque el día señalado era entonces san Esteban, e! 26 de
diciembre. Se entregaban en los recintos de los templos a una serie de
diversiones y bromas, hasta el punto de elegir para aquel día a un pequeño
obispo y a un predicador. Las autoridades eclesiásticas, después de haberse
cometido algunos excesos, tomaron cartas en el asunto pero sin llegar a atacar
a fondo la fiesta en sí. Con la Contrarreforma, estos festejos desaparecieron
casi por completo, con la excepción de algunas ciudades de Francia, pero poco a
poco arraigó en muchas familias la costumbre de permitir a los niños, y aun a
los mayores, toda clase de bromas y engaños inocentes el día de la festividad.
Actualmente, perdura esta
forma de conmemoración, equivalente en sus manifestaciones al 1 de abril en
otros países. Se espera la inocentada entre amigos y familiares, e incluso los
medios de comunicación (periódicos, radio, televisión) compiten en ofrecer
alguna noticia falsa convenientemente aderezada para suscitar credulidad entre
algunos y sonrisas entre otros.
EL 1 DE ABRIL (1564, Francia)
Se han
ofrecido muchas y diferentes explicaciones acerca de los orígenes del día
primero de abril, algunas de ellas tan fantasiosas como las bromas que se
gastan en este día en muchos países. Una explicación popular pero altamente
improbable es la de que los enemigos de Cristo intentaron ridiculizarle al
obligarle a hacer una inútil serie de visitas a las autoridades romanas, cuando
su suerte ya estaba sellada. Los misterios medievales dramatizaron con
frecuencia estos hechos, al seguir los pasos de Jesús desde Anas hasta Caifas y
desde Pilatos hasta Heredes, para volver de nuevo a Pilatos. (Es interesante
observar que en muchas culturas existe una práctica, anterior al cristianismo,
que consiste en enviar a algún inocente a cumplimentar encargos inútiles.) Las
pruebas históricas más convincentes sugieren que estas bromas propias del día
primero de abril tuvieron su origen en Francia, durante el reinado de Carlos
IX.
A principios del siglo XVI, en
toda Francia se celebraba el día de Año Nuevo el 25 de marzo, con el
advenimiento de la primavera. Las celebraciones, que incluían intercambios de
regalos, duraban una semana y concluían, con banquetes y fiestas, el 1 de
abril. En el año 1564, sin embargo, con la adopción del calendario gregoriano,
reformado y más exacto, el rey Carlos proclamó que el día de Año Nuevo se
trasladaba al 1º de enero, pero muchos franceses opuestos a este cambio, y
otros que meramente lo olvidaron, siguieron con sus festejos y sus intercambios
de obsequios durante la semana que concluía el 1 de abril, Los bromistas
ridiculizaron este apego de los más conservadores empeñados en mantener la
antigua fecha del Año Nuevo, enviándoles obsequios absurdos e invitaciones a
fiestas inexistentes. El objetivo de una broma del primero de abril se conocía
como “pez de abril”, porque en aquella época del año el sol abandonaba el signo
zodiacal de Piscis, y de hecho todo cuanto ocurría el 1 de abril se relacionaba
con ese acontecimiento. Incluso Napoleón I, emperador de Francia, fue apodado
“pez de abril” cuando se casó con su segunda esposa, María Luisa de Austria, el
1 de abril de 1810.
Años más larde, una vez
acostumbrado el país a la nueva fecha del Año Nuevo, los franceses, muy adictos
a las bromas y extravagancias del primero de abril, hicieron de esta práctica
toda una tradición a la que se unirían también los italianos. Sin embargo,
transcurrirían más de doscientos años antes de que esta costumbre llegara a
Inglaterra, desde donde pasaría más tarde a América.