El alcohol es un
veneno
que embrutece y mata al hombre.
¡Qué efecto tan repugnante produce el
aspecto de un borracho!
La noble fisonomía del hombre, que
refleja su inteligencia, se vuelve estúpida y bestial.
La mirada fija, el cuerpo tembloroso, la
lengua titubeante, la inteligencia adormecida, la torpeza, el estupor, todo nos
hace tener aversión al borracho.
El alcoholismo destruye la salud. Es un
verdadero envenenamiento que mata lentamente al hombre.
El alcoholismo arruina también la
fortuna. Es un vicio que cuesta caro.
El borracho, a la vez que ofende su
dignidad, ultraja a los demás, puesto que en vez de contribuir a la ley
universal del perfeccionamiento, la perturba, poniéndose al nivel de las
bestias.
Jóvenes: aprended desde ahora a detestar
ese oído vicio que destruye el cuerpo y degrada el alma.
Dominar el vicio, significa respetar la
razón y la verdad, ser dueño de sí mismo.
Fuente: Trabajo – Nuevo método de lectura expresiva y
literatura – Compuesto por José H. Figueira (1926).