Por L.C.
Galícia de Abarca
Escritora y Periodísta
Escritora y Periodísta
Abuelita, te llamo así porque sé que eso eres para
todos mis primos que son tus nietos, pero quisiera cambiarte el nombre y
llamarte... mamá. Porque eso fuiste para mí desde que tu
hija me llevó con amor a conocerte, hace tanto tiempo que estoy a tu lado que
se de ti más que de la que me dio la vida, porque a tu lado… viví mi niñez… mi
juventud… y fui dichosa.
Has sido enérgica y dura pero eso me ha servido para
ser una chica juiciosa y limpia de corazón que lo tenía lleno de rencor por el
abandono. Sé que mi madre buscó fronteras para que yo saliera adelante, pero tú
me diste cariño para que lo agradeciera, eres esa fuerza en la que me guarezco desde
niña, el pilar que me ha sostenido en mis tristezas, la voz que me aconseja
para no tropezar, la mano dura que corrige mis errores.
Sabes que nunca voy a olvidar ese día en que corriendo
fuimos a comprar los tenis para el desfile, como te veía sudando y apresurada,
preocupada por mí como sólo una madre lo hace. No olvido los cuentos increíbles
que me contabas cada día para hacerme olvidar que tu hija no nos visitaría otra
vez.
Abuelita milagros que haces pan de la nada. Abuelita
consuelo para mi alma agitada, tu amor será recuerdo, añoranza, misterios.
Hoy llegaste pensando y no viste el juguete que dejó
el primo Juan y resbalaste triste, no por tu dolor ni por lo que pasó, sentías
ya no poder hacer los dulces de guayaba fresca a tus nietos, y esos guisados
deliciosos que no olvido nunca.
Por favor
no estés triste. Sé que a tu edad es difícil recuperarte pero sé que sembraste
tanto amor que sobrarán nietos que vean por ti y si no es así estaré ahí a tu
lado como siempre lo estuve. Ahora me toca cuidarte, porque durante el tiempo
que tu lo hiciste descubrí que el lugar donde abunda el amor son tus
brazos, que te quiero no como una nieta más, que siempre
seré tu apoyo sin dudarlo, que si ya no puedes levantarte no te
apures, sabes bien que cuidaré de ti si enfermas, que
correré si me llamas, que te quiero, que te daré tanto amor como el
que siempre recibí de ti, que seré tu guardiana... tu bastón... toda mi vida...
por siempre.
Muy lindo. Sin lugar a dudas, una persona de buen corazón y llena de gratitud hacia una abuela que supo sembrar bien. Felicitaciones
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Rubén!!!
ResponderEliminark hermosas palabras, no cabe duda k realmente es el verdadero amor de una nieta asía una linda abuelita k dios las bendiga a ambas.
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar el blog, leer el texto y dejar tu comentario. Tienes nobles sentimientos y un alma muy generosa!!!
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