Por
Sergio Denis
Una bella letra de una hermosa canción de Héctor Hoffmann (Sergio Denis),
que describe su infancia y con ella la niñez de muchos niños descendientes de
alemanes del Volga, al igual que él.
Mi casa tenía un lugar donde me escondía,
ni me imaginaba que mi madre lo sabía.
Un aromo, un cerco, un cantero con margaritas,
esa era la selva jugando a la tardecita
Tenía una espada de lata y un triciclo viejo .
tenía una cinco de cuero cocida con tiento.
Guardaba en una caja vieja piedras y bolitas
y el álbum que nunca llenaba y las repetidas.
Mi casa tenía una verja que separaba,
lo que se podía de aquello que se soñaba;
una mesa grande una foto de casamiento
un baúl con cartas, postales, libros de cuentos.
Yo andaba en un fuentón gastado recorriendo el mundo,
jugando con los bucaneros en el mar profundo,
montado en una escoba vieja cabalgaba el patio,
para llegar a la cocina y encender la radio.
En mi casa oían todos los radioteatros,
entonces los buenos vencían a los malvados,
yo era el muchachito que hacía de poncho negro:
salvaba a mi novia adentro de los roperos.
Mi casa tenía una verja que separaba,
lo que se podía de aquello que se soñaba.
ni me imaginaba que mi madre lo sabía.
Un aromo, un cerco, un cantero con margaritas,
esa era la selva jugando a la tardecita
Tenía una espada de lata y un triciclo viejo .
tenía una cinco de cuero cocida con tiento.
Guardaba en una caja vieja piedras y bolitas
y el álbum que nunca llenaba y las repetidas.
Mi casa tenía una verja que separaba,
lo que se podía de aquello que se soñaba;
una mesa grande una foto de casamiento
un baúl con cartas, postales, libros de cuentos.
Yo andaba en un fuentón gastado recorriendo el mundo,
jugando con los bucaneros en el mar profundo,
montado en una escoba vieja cabalgaba el patio,
para llegar a la cocina y encender la radio.
En mi casa oían todos los radioteatros,
entonces los buenos vencían a los malvados,
yo era el muchachito que hacía de poncho negro:
salvaba a mi novia adentro de los roperos.
Mi casa tenía una verja que separaba,
lo que se podía de aquello que se soñaba.
Hermosa letra...hermosos recuerdos...
ResponderEliminarMuchas gracias, Martha, por tu comentario! Siempre tan positivos!!!
ResponderEliminarEs tan real...!! Muestra la niñez de tantos de nosotros, los que la transcurrimos entre calles de tierra, inocencia pura y la simpleza de las Colonias.
ResponderEliminarAsí es, Graciela! Coincido plenamente con tu comentario!
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