Me
fui de casa a los catorce años. Bah, en realidad mis padres me “entregaron”
como sirvienta a una familia rica de Buenos Aires, que les mandaba mi sueldo
todos los meses. No los culpo. Tampoco les guardo resentimiento. Éramos muchos
y hacía falta plata para alimentarnos a todos. Así es como me marché de la
colonia. Me subieron al tren llorando y lloré durante meses. En esas semanas
trabajé con los ojos llorosos y la boca cerrada porque ni siquiera sabía decir
una sola palabra en castellano. Viví unos días terribles, aislada, en total soledad
del mundo que me rodeaba y que me marcó profundamente: cambió mi carácter y de
ser alegre y extrovertido lo convirtió en introvertido y huraño.
Después,
cuando pude comunicarme, me di cuenta que no me servía de mucho en aquellas
circunstancias, porque no tenía un solo peso para salir en mis días libres. Los
que pasaba encerrada en mi habitación, cociendo mi ropa o leyendo revistas de
moda o espectáculos, como Radiolandia, que compraba mi patrona.
Añoraba
mi hogar, mis padres, mis hermanitos… la colonia… sus calles… su gente… su
habla… su alegría en las fiestas… pero el destino hizo que recién tuviera la
oportunidad de regresar treinta años después, ya casada y con cuatro hijos.
Me
casé a los veinte años. Tuve hijos. Pero si me preguntan si fue feliz en mi
matrimonio, les tengo que confesar que no sé. Simplemente viví como pude o como
me permitieron hacerlo de acuerdo a las costumbres sociales de aquellos años.
Nací
siendo propiedad de mis padres, luego de una familia rica, para terminar como
propiedad de mi marido. Nunca supe lo que es la libertad de decidir por mí
misma. Porque ahora que mis padres y mi esposo murieron, mis hijos me
entregaron a un geriátrico.
Por Dios q tristeza...
ResponderEliminarRealmente una vida muy triste. Es terrible que te desprendan de toda tu familia, se sufre muchísimo.
ResponderEliminarA poco de cumplir mis trece años de vida, falleció mi madre. A los cuatro meces del fallecimiento de ELLA mi padre me llevó a trabajar con unos tíos que vivían a trescientos ks. de distancia. Nosotros vivíamos en una Colonia de Rusosalemanes en el Pdo. de Olavarría " Colonia San Miguel" y mi padre me llevó a Orense Pdo. de Tres Arrollos. Por el tiempo de un año no volví a ver a mis hermanos ni a mi padre. Como dice la señora de la historia; se sufre mucho y se llora por muchos días, por eso la comprendo
Gracias por visitar el blog y compartir tu historia, que también fue muy dura y triste.
ResponderEliminarQue triste esta historia! y cuantas mas habra similares o peores. Ya se que me van a decir que eran otros tiempos y otra mentalidad pero jamas voy a entender tantos comportamientos que tenian los padres hacia sus hijos!!!
ResponderEliminar¡¡¡¡Es incomprensible tanta frialdad de los padres...si no podian mantener tantos hijos porque los tenian...????¡¡¡porque los hermanos mayores debian ir a otro lado a trabajar para que le envien dinero..???
ResponderEliminar¡¡¡En algunos casos a mi se me ocurre que han enviado a las chicas a Buenos Aires a trabajar, como decian cama adentro, y en realidad seguro que las tenian como trata de persona......porque eso existio siempre...no es de ahora...Porque las chicas blancas, rubias y ojos claros eran muy codiciadas....y encima sumisas que ni sabian a donde y a que la mandaban...¡¡¡MUY TRISTE!!!!