Fuente: lanuevaradio.com.ar
Muchos años de historia y tradición familiar en el rubro.
Edgardo Holzman se emociona al recordar que su padre Honorio y Mingo, su tío,
en el año 2012, en oportunidad de las Kerb, recibieron un reconocimiento por
tantos años de trabajo y por haber sido parte de uno de los lugares más
emblemáticos de Pueblo San José.
Es una panadería que tiene muchos años de historia en Pueblo
San José, en una esquina tradicional, sobre San Lorenzo y la Avenida Alemanes
del Volga.
A pesar que hace pocos años, en el 2012, previo a la fiesta
de las 10.000 personas que organizó la Asociación Alemanes del Volga, fue
renovada, se conservó el valor arquitectónico e histórico del lugar.
Consultado su actual propietario, Edgardo Honorio Holzman,
relató que la panadería data del año 1927.
“Mi abuelo, Enrique Holzman, la compró el 15 de febrero del
año 1950. Tenía 70 hectáreas de campo y eran cuatro hijos varones. En esa época
el campo no redituaba para poder cobijar a todos los hijos, fue por eso que con
unos primos, los Schwab, que después tuvieron la empresa de colectivos La
Unión, resolvieron cambiar el campo por la panadería. Ahí nace esta empresa
familiar, que se inició con el padre, los cuatro hijos, luego se incorporaron
dos yernos, con lo cual pasaron a trabajar 6 dentro de la cuadra”.
Don Honorio Holzman, quien falleció en agosto del año 2013,
padre de Edgardo, pasó 55 años dentro de la panadería. Tenía 14 años cuando
comenzó con la actividad, acompañando a sus hermanos y a su padre. La sociedad
familiar estuvo hasta el año 91 ó 92.
El lugar rebosa historia por cada uno de los poros de las
paredes, desde el antiquísimo mostrador que tiene impregnadas las huellas de
muchas horas de trabajo atendiendo gente, luego de hornear el pan desde hora
muy temprana.
Denuncia sus años y el respeto que hoy mantienen por el lugar
los canastos de mimbre en los que el pan espera la llegada de los clientes que
buscan el crujiente y sabroso producto. También desde las diferentes variedades
que cada jornada se elaboran.
Es posible encontrar allí el pan trenzado, característico de
esta panadería, de un particular sabor dulzón, que fue inventado por don
Honorio, en una tarde de hace muchos años, cuando comenzó a probar diferentes
mezclas y sabores, obteniendo un preciado producto, no solamente en Coronel
Suárez o los Pueblos Alemanes, sino también desde otras localidades de
alrededor, como es el caso de la zona serrana, donde en algunas cabañas se
sirve ese pan trenzado con el desayuno.
Y la clásica galleta de campo. Esa que es posible hacer en
los hornos tradicionales, donde el pan se cuece lentamente con el calor logrado
tras muchas horas de tenerlo encendido, y donde el material interior refracta
la temperatura hacia el pan. La galleta de campo, redonda, grande, crujiente,
dorada, la misma que muchos recordarán que luego de dos o tres días de oreo se
rompe con un golpe seco del puño, contra la mesa, y que cuanto más días pasan
más sabrosa resulta.
Edgardo Holzman se emociona al recordar que su padre Honorio
y Mingo, su tío, en el año 2012, en oportunidad de las Kerb, recibieron un
reconocimiento por tantos años de trabajo y por haber sido parte de uno de los
lugares más emblemáticos de Pueblo San José.
Cuenta las anécdotas de los días que se invirtieron, años,
mucho tiempo, mucho esfuerzo y mucho dinero para remozar la tradicional
panadería, y bajo la conducción de la Arquitecta Nora Coppi lograron respetar
su arquitectura y preservar su historia. Y dice que su esfuerzo está puesto en
preservar lo más que pueda todo cuanto hay en lugar, conservándolo tal cual.
Panadería San José, de la familia Holzman, un lugar tradicional de la
segunda Colonia Alemana, donde el aroma del pan recién horneado remite a los
mejores recuerdos de toda una vida de trabajo.
De
regalo tres ejemplares de Hilando Recuerdos y un mapa del Volga y sus aldeas,
con la compra de un libro Aprender a vivir. (Para adquirirlo comunicarse a
e-mail: juliomelchior@hotmail.com) Se envía a todo el país.
Tengo muy lindos recuerdos de esa panadería y la Colonia 2, soy nieta de Ovidio Holzmann, hermano de Enrique, y de niña íbamos siempre con mis padres a visitar a los fliares. que teníamos allí.
ResponderEliminarMuy buena nota Julio!
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