peregrinos
del surco:
sembraron
trigo
y
cosecharon pan.
Regaron
la huella del arado
con
el sudor de sus frentes,
legando
a sus descendientes
la
cultura del trabajo.
Levantaron
aldeas y pueblos,
iglesias
y escuelas,
educaron
en la fe
y
con el ejemplo.
Con
sus manos amasaron el pan,
fabricaron
arados y cruces.
Sembraron
hijos y sueños
en
la vastedad de la pampa argentina.
Fueron
nobles campesinos,
chacareros,
estancieros, peones,
bajo
el sol de la Divina Providencia
y
la certeza de sus convicciones.
¡Honor
y gloria a los trabajadores
alemanes
del Volga!
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