Fuente: actualidaddealemania.
El Stollen, también llamado Christollen, Weihnachtsstollen o Striezel es un pan dulce típico alemán. Por su forma debe recordar al niño Jesús recién nacido envuelto en pañales. Por eso su capa externa de azúcar glaseada.
Los orígenes del Stollen se remontan muy atrás en la larga tradición de la cocina alemana. Por eso no es de sorprender que la primera mención que se hace de este pan dulce en un documento escrito date del año 1329, en Naumburgo, a orilla del Saale, como un regalo ofrecido a un obispo. Claro que, por aquel entonces, era un pan mucho más liviano, ideal para los ayunos de adviento.
Recordemos que, por aquellos años, las tradiciones católicas no permitían la ingesta de leche y de manteca durante los períodos de ayuno. Por eso es que la masa de los primeros Stollen sólo podía ser elaborada con ingredientes sencillos, como agua, avena y aceite de nabos.
Esta forma de elaboración primitiva desagradaba profundamente a los nobles de la época debido a su sabor austero, por lo que en 1440 rogaron al príncipe Ernesto de Sajonia y a su hermano, el duque Alberto, que intercediera ante el Papa Nicolás V para que fuera posible incluir la manteca en la receta del Stollen. Pero el Papa rechazó rotundamente la petición.
El primer Papa que permitió por fin incluir este alimento en el ayuno de Adviento fue Inocencio VIII que en 1491 escribió una carta autorizando su uso, que fue llamada “Carta de la manteca” ( Butterbrief), poniendo como condición que se sustituyera el aceite por la manteca. La Butterbrief tenía aún algunas exigencias más insólitas: cada vez que se elaboraba un Stollen, debería pagarse una cantidad a la Iglesia para construir la catedral de Freiberg. La Butterbrief también establecía en sus comienzos que sólo los nobles y algunos de sus allegados podían probar este pan dulce, pero no pudieron impedir que pronto se extendiera al pueblo este permiso.
La influencia de Dresden
La tradición oral cuenta que un pastelero de la corte ( Hofbäcker) llamado Heinrich Drasdo en Torgau ( Sajonia) fue el primero en añadir frutos secos a la fórmula porque lo encontraba demasiado sencillo para ser un pan dulce navideño. Y así se “enriqueció” hasta llegar a la forma conocida en la actualidad, y al mismo tiempo el Dresden Stollen fue conocido primero en Sajonia y posteriormente en toda Alemania.
Como dato adicional podemos agregar que existen varias variantes de Stollen, como por ejemplo, entre muchos otros tipos, el MandelStollen ( de almendras), ButterStollen ( de manteca), MarzipanStollen ( de mazapán), MohnStollen ( de semilla de amapola), Nuss-Stollen ( de nueces).
Obviamente que el Stollen clásico sigue siendo el DresdenStollen. La tradición dice que tras haber sido cocinado en el horno, el Stollen debe reposar tres semanas en un sitio fresco, para que las frutas vayan dando el aroma y el sabor por su interior.
Y como broche final, a continuación la receta de un Stollen alemán :
Ingredientes:
1 kilo de harina de trigo
80 grs de levadura fresca
1 pizca de azúcar blanca
1 cucharada de leche tibia
250 grs de manteca
200 grs de pasas de uva
100 grs de almendras peladas y picadas
100 grs de cáscara de limón cristalizada
100 grs de cáscara de naranja cristalizada
Media cucharadita de sal
200 grs de azúcar blanca
2 yemas de huevo
2 cucharadas de manteca derretida
Azúcar impalpable para espolvorear
Preparación:
Colocar la harina en un tazón grande y deshacer la levadura encima. Espolvorear con la pizca de azúcar y agregar la cucharada de leche tibia. Tapar y dejar reposar durante una hora en un lugar tibio.
Calentar 375 ml de leche con 250 gras de manteca hasta que esta última se haya derretido. Verter dentro del tazón con la harina y la levadura, y agregar las almendras, las cáscaras cristalizadas, la sal, el azúcar y las yemas. Mezclar con las manos hasta formar una masa suave, después incorporar las pasas de uva. Volver a cubrir el tazón y dejar reposar en un lugar tibio durante otra hora o hasta que la masa haya duplicado su volumen.
Darle una forma alargada y colocar sobre una placa para llevar al horno.
Hornear en horno precalentado a 190° entre 45 a 60 minutos.
Retirar del horno y barnizar con dos cucharadas de manteca derretida.
Espolvorear con azúcar impalpable mientras aún está caliente.
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