Rescata

Para más información pueden comunicarse al WhatsApp: 2926 461373 o al Correo electrónico historiadorjuliomelchior@gmail.com

jueves, 31 de diciembre de 2020

Wünsche gehen: una antigua tradición de Año Nuevo de los alemanes del Volga

Durante el primer día del nuevo año se llevaba a cabo en las colonias una tradición ancestral que tenía a los niños como protagonistas y que se llama: Wünsche gehen, cuya traducción aproximada podría definirse como ir de casa en casa a expresar buenos deseos (en este caso, de año nuevo).
Los niños esperaban esa jornada con ansias y con júbilo, porque ante cada deseo de feliz año nuevo recibían una recompensa. Obsequio que podía consistir en galletitas caseras, recién horneadas, o en casos excepcionales, algunos caramelos, chocolatines o masitas compradas en la ciudad (golosinas que eran una delicia para los niños de aquel tiempo, porque solamente tenían acceso a ellos, los domingos de Pascua, cuando llegaba el conejo o en estas ocasiones de Año Nuevo).
La ceremonia comenzaba bien temprano a la mañana, cuando los niños saludaban a sus padres, recitando un poema centenario y de autor desconocido, que dice así: -Vater und Mutter ich wünsche euch glückseeliges neusjahr, langes leben und Gesundkeit; frieden und einigkeit und nach ihrem Tod die ewigkeit glückseeligkeit”.
-Das wüsnsche mir dir auch -respondían mamá y papá mientras les obsequiaban golosinas.
Cumplido este ritual, los pequeños salían a visitar a parientes y amigos para también desearles la felicidad en el año nuevo que comenzaba. Pero en esta ocasión el poema era otro:
-Glück und segen / auf allen Wegen! / Frieden im Haus / jahrein, jahraus! / In gesunden und kranken Tagen / kraft genung, Freud und Leid tragen! / Stets im Kasten ein stücklein Brot, / das geb’ uns Gott!
Como cuento en mi libro "La infancia de los alemanes del Volga", con cada regalo los pequeños armaban un paquetito que llamaban Pindllie, lo que significaba en la práctica colocar las golosinas en el centro de un pañuelo y unirlo en sus cuatro puntas mediante un nudo central.
Al finalizar la jornada los niños de la colonia, se sentían dichosos con la cantidad de golosinas que lograban reunir tras una larga jornada de “trabajo”, visitando tíos, abuelos y demás parientes.(Autor de la recopilación histórica: Julio César Melchior).

No hay comentarios:

Publicar un comentario