vivía en una casa de adobe,
con las paredes pintadas a la cal,
y paja seca sobre el techo.
con las paredes pintadas a la cal,
y paja seca sobre el techo.
Había una cocina a leña antigua,
una mesa larga de madera,
mi madre amasaba Kreppel
y mi padre trabajaba en el campo.
Mi hermana y yo jugábamos
en el fondo de un patio inmenso,
dónde el abuelo tenía una quinta
y la abuela un pequeño gallinero.
También había árboles frutales,
un galponcito de chapa,
un chiquero con un cerdo,
y una letrina, allá lejos.
Nada nos faltaba para comer,
tampoco nada nos sobraba,
éramos una familia feliz
con lo que Dios nos había dado.
Para recordar, rescatar y revalorizar nuestras memorias no dejen de consultar los libros "Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga", "La infancia de los alemanes del Volga" y "La vida privada de la mujer alemana del Volga". Comunicarse con el correo electrónico juliomelchior@hotmail.com.
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