Rescata

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domingo, 10 de noviembre de 2024

Las campanas de la iglesia llaman a misa

Las campanas de la iglesia sonaron tres veces: la primera vez media hora antes de la misa, la segunda, 15 minutos antes, y la tercera y última, justo un minuto antes de empezar la ceremonia.
En esos momentos doña Ana recordó a la Hna. Filomena, su maestra de cuarto grado, que cuando le había consultado por qué sonaban tres veces, le contó que Dios lo había dispuesto así porque cuando suena la primera hay que vestirse, en la segunda hay que salir de casa y en la tercera estar dentro de la iglesia sentada en el banco. Cosas de niños, murmuró insatisfecha con la respuesta, sesenta años después, cuando la Hna. Filomena ya no estaba en este mundo para recriminarle nada.
Vestida de negro, Biblia en mano, doña Ana asistía a misa todos los días, incluida la misa especial de los domingos. Tenía mucho para agradecer y muchos muertos por los que rezar.
Tampoco se perdía ninguna procesión ni velorio. Acompañaba a todos hasta su última morada. Su pensamiento era que todos merecemos ser despedidos como corresponde y a nadie se le niega una oración y un poco de agua bendita.
Esas parecían ser sus únicas salidas y su único pasatiempo desde que enviudó.
Vivía sola. Sus hijos se habían casado y se habían marchado de la casa. Las amigas, tan grandes como ella, también fueron falleciendo. Más que acompañar a los que se iban adelantando en el viaje, ya le quedaba muy poco que hacer en esta vida.
Además, ella lo consideraba un deber y una obligación moral. Lo mismo que llevarle agua bendita a las tumbas de los seres queridos en su visita semanal al cementerio.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Preparando Strudel

Extendió la masa filo sobre la mesa con sumo cuidado, teniendo presente el consejo de su abuela. Debe quedar tan delgada que se transparenten las manos -le recordaba doña Ana cada vez que elaboraba un Strudel.
Una vez que hubo concluido, distribuyó encima rodajas de manzanas verdes y rojas peladas y cortadas de forma muy delgada, las bañó en azúcar y unas cucharadas de crema.
Después enrolló la masa tratando de no romperla, con cautela y paciencia, y la colocó dentro de una asadera enmantecada y enharinada, la pinceló con un poco de manteca y azúcar y la llevó al horno de la cocina a leña.
Mientras esperaba que se cocine lavó los utensilios que ensució en el proceso de preparación, que no eran pocos. Tenía que aprender a corregir eso. No ensuciar tantos recipientes e ir lavando mientras dejaba de usarlos.
Transcurrida un poco más de media hora, tomó un repasador, abrió la puerta del horno y extrajo el Strudel, que inundó el ambiente de la cocina de un aroma exquisito, que inmediatamente la retrotrajo a los años de su niñez, a la casa de sus padres y de su abuela.

Aquí encuentran la receta del Strudel de manzana
https://hilandorecuerdos.blogspot.com/.../receta-de...

viernes, 1 de noviembre de 2024

Las Rogativas, una tradición ancestral de los alemanes del Volga

 Las Rogativas se llevan a cabo todos los años, durante los primeros días de noviembre, cuando una procesión parte del frente de la iglesia, en tres días consecutivos, rumbo a tres cruces enclavadas en tres puntos cardinales diferentes, ubicadas en las afueras de las aldeas y que, en su conjunto, representan a la Santísima Trinidad.
La procesión, precedida por un sacerdote, los monaguillos y el Schulmeister (Sacristán), portando una cruz, parte del frente de la iglesia durante las tres mañanas siguientes a la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, para dirigirse a una de las cruces, en tres jornadas sucesivas, erigida a uno de los laterales de las calles de acceso a la localidad, para celebrar una ceremonia religiosa en Acción de Gracias por los dones recibidos durante el año fenecido y solicitar que la próxima trilla sea buena y que Dios prosiga bendiciendo a la comunidad con su gracia divina. La procesión retorna, cantando y rezando, a la iglesia, donde el sacerdote oficia una misa.
Cada procesión se lleva a cabo con profunda fe, rezando y cantando; mientras que ya en el lugar, frente a Jesús crucificado, el sacerdote, luego de expresadas las letanías, oraciones y cantos, rocía con agua bendita los campos en señal de gratitud por los dones recibidos y en solicitud de buena cosecha.
Finalizada la ceremonia, la procesión retorna a la iglesia, donde todos los fieles participan de una misa en la parroquia.

También cabe hacer una mención especial a la jornada en que se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, que en cada aldea se vive rindiendo un sentido homenaje a los ancestros y a los habitantes fallecidos de la comunidad. Una procesión de la que participan todos se dirige al cementerio donde se lleva a cabo una sentida ceremonia.