Nadie puede darnos lo que no tenemos. Si no nos amamos a nosotros mismos, tal como somos, con nuestras virtudes y defectos, nadie va a amarnos. Si no aprendemos a amarnos a nosotros mismos primero, no vamos a tener nada para ofrecer. Para recibir hay que dar. Ese es el camino a la felicidad.
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