Los sueños y proyectos siempre se concretan. No existe obstáculo alguno
que pueda impedir su realización. Nada, absolutamente nada, ni nadie, puede
detener nuestro caminar si nos proponemos conseguir un objetivo en la vida. Con
tesón, sacrificio, voluntad y coraje, todo es posible. Aun lo que a primera
vista parece imposible. Sólo hace falta un sueño y la voluntad y el coraje de
llevarlo a cabo. Porque una vez que nos hemos decidido qué es lo que queremos
hacer, es el mismo destino y la vida la que colaboran con nosotros para llegar
a la meta deseada.
Esto es algo que aprendemos con la experiencia y que la vida misma, en
su devenir cotidiano, nos enseña. Es una máxima no escrita en el universo de
las leyes que se cumplen a pesar de y contra todos los pronósticos y jueces
agoreros que dictaminan el fracaso de los sueños de los demás por el simple
hecho de temer concretar los suyos. El hombre es capaz de realizar cualquier
sueño que sueña, solamente tiene que transformarlo en proyecto y luego trabajar
sin pausa para concretarlo.
Esto es así y seguirá siéndolo por toda la eternidad de los tiempos.