Por Alfonso Jerez
Entre rosas y espinas
se resbala la vida,
construyendo caminos
de encontrados momentos;
espinas que profanan
la adolorida carne,
y rosas que embellecen
dulces horas de calma.
construyendo caminos
de encontrados momentos;
espinas que profanan
la adolorida carne,
y rosas que embellecen
dulces horas de calma.
¡Puede más una rosa
que cien duras espinas!
Un capullo de ellas
bien vale mil espadas;
la dicha que se logra
por sobre los escollos,
es feliz horizonte
de una vida lograda.
Por eso no te duelanque cien duras espinas!
Un capullo de ellas
bien vale mil espadas;
la dicha que se logra
por sobre los escollos,
es feliz horizonte
de una vida lograda.
las espinas clavadas,
aunque lleguen a tu piel
y trastoquen tu calma,
si al final de la senda,
hay una aurora blanca,
con una rosa roja
asilada en tu alma.
¡Bellísima poesía Julio! Sí, del dolor nacen rosas... qué placer que me dan estas lecturas...
ResponderEliminarMuchas gracias, Sheena!!!
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