Información gentilmente enviada por
María Luján Streitemberger
Directora Escuela Parroquial Santa María
En los
días previos a Pentecostés los alumnos de 1º ciclo de la Escuela Parroquial
Santa María y sus docentes compartimos diferentes encuentros en preparación a
esta fiesta donde cada niño era invitado a experimentar cada día la efusión del
Espíritu Santo.
Ya que Él
nos impulsa, nos renueva, nos hace revivir, nos da nuevos ánimos. Él es el
Paráclito prometido del Padre. El Espíritu de sabiduría y verdad.
“No habrá
nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo” (Evangelii
Nuntiandi, No. 75).
Debemos
evangelizar y cumplir nuestra misión. Para que eso ocurra corresponde clamar el
auxilio del Espíritu Santo y promover un efectivo encuentro personal de los
niños con Jesús.
Fue Él
mismo el que dijo: Dejad que los niños vengan a mí, no se los impidáis… en
seguida, Jesús abrazaba a los niños y los bendecía, imponiéndoles las manos”.
(Mc. 10, 14-16).
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