Fuente: lanuevaradio.com.ar
En Nochebuena la fiesta era sobre todo religiosa, a la Misa
de Gallo se iba a las 12 de la noche y la Iglesia se llenaba para celebrar el
nacimiento del Niño Dios. Los
niños adelante, en los bancos que no tienen respaldo y que todavía pueden verse
en el Templo de Pueblo San José.
Es un placer entrevistar a “Nené” Valea, porque atesora
innumerables recuerdos de una época pasada y puede hacer de ellos una
descripción tan particularizada, con tantos detalles, muy lleno de nostalgia,
por las cosas ya no están, porque se han perdido o porque han quedado
sobrepasadas por las modernidades actuales.
Recuerda que ya al comenzar diciembre, hace muchas décadas
atrás, se preparaban los almacenes de ramos generales, como los que tenía su
abuelo y su padre en San José, a mostrar los productos propios navideños.
Igual que ahora, cuando desde las vidrieras se empiezan a
mostrar los colores y los productos de la Navidad al comenzar diciembre. Pero
aclara que lo de antes era por una razón distinta.
“La gente que vivía y trabajaba en el campo venía poco al
pueblo, muy espaciadamente, más si se toma en cuenta que eran las épocas
previas a la cosecha. A veces venían una vez por mes, entonces había que tener
bien temprano los diferentes productos a disposición para la compra mensual”.
¿Y qué productos? Por ejemplo las frutas secas, no solamente
nueces, sino muchas otras exquisiteces que llegaban en cuidadas cajas de madera
cepillada. Los orejones que la gente consumía mucho y le solía agregar a los
postres tradicionales alemanes.
O también una innumerable cantidad de golosinas y masitas que las empresas más conocidas, como Nestlé o Bagley, fabricaban para estas fechas.
O también una innumerable cantidad de golosinas y masitas que las empresas más conocidas, como Nestlé o Bagley, fabricaban para estas fechas.
Manuel Ángel Valea recuerda el sabor en su boca de un
exquisito y codiciado bocadito de chocolate Nestlé que salía para esta época, y
del que se vendían cajas y cajas en el almacén familiar.
Es que en año nuevo los chicos recorrían las casas de las
familias, los abuelos principalmente, llevando un pañuelito blanco que la mamá
les había dado antes de salir. Ahí les depositaban uno o dos puñados de masitas
y golosinas, atando luego las cuatro puntas del pañuelo como presente familiar
y con los deseos de un buen año.
En Nochebuena la fiesta era sobre todo religiosa, a la Misa
de Gallo se iba a las 12 de la noche y la Iglesia se llenaba para celebrar el
nacimiento del Niño Dios. Los niños adelante, en los bancos que no tienen
respaldo y que todavía pueden verse en el Templo de Pueblo San José.
En año nuevo, luego de las doce de la noche, se preparaba la
sidra y el pan dulce casero, sobre todo para recibir a los grupos de
serenateros que recorrían los domicilios celebrando el nuevo año.
Recuerdos de tiempos pasados, con toda la nostalgia de los
buenos momentos vividos en la infancia y con la familia.
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