Fuente: lanuevaradio.com.ar
“Nos divertíamos e íbamos aprendiendo,
perfilando las capacidades de cada uno en lo que se iba a dedicar después.
Porque a los juguetes teníamos que construirlos: tractores, camiones, carritos,
pelotas, eran lindos los preparativos, los proyectos y lograr el resultado
final” –cuenta Valerio Herr. Y agrega: “Cuando fuimos más grandes jugábamos a la
pelota entre los jóvenes de los barrios y luego terminábamos la tarde
compartiendo un baile con las chicas, con la música que salía de la vitrola”.
¿Cómo se vivían las fiestas antes? ¿La infancia de los que
hoy son abuelos, hombres entrados en canas, fue divertida como parece la de los
niños de hoy, o en realidad resultó aburrida por las prohibiciones y las
obligaciones?
Estas fueron las preguntas que le hicimos a Valerio Herr,
hombre originario de Pueblo San José, como lo es su esposa, con quien conoció y
comenzó a noviar en los tradicionales bailes del Club Independiente.
“Prácticamente me crié en el campo. Allí no se les daba tanta
importancia a los Reyes. Lo que más celebrábamos era el año nuevo y Navidad.
Las fiestas se vivían con mucho cariño y sentido más espiritual y religioso de
lo que se puede ver hoy. Era sagrado ir a misa en cada una de estas
festividades. Me acuerdo de mi abuela que en Pascua preparaba un canasto lleno
de manzanas, las que limpiaba muy bien, las lustraba con mucho esmero. Se
presentaban en la misa para la bendición y luego de esto era el postre que
todos compartíamos luego del almuerzo. Me tocó dos veces con mi abuela llevar
la canasta de manzanas al sacerdote. No se tiraba la cáscara, se comía manzana
con cáscara y todo. En año nuevo era sagrado ir a misa. Cuando teníamos que
tomar la primera Comunión íbamos a dos misas, una a las 8 de la mañana y la
otra la ceremonia en la que tomábamos la Comunión por primera vez”.
Consultado sobre los juguetes de antes, y en torno a si las
infancias eran divertidas, no duda en afirmar que sí lo eran.
“Nos divertíamos e íbamos aprendiendo, perfilando las capacidades
de cada uno en lo que se iba a dedicar después. Porque a los juguetes teníamos
que construirlos: tractores, camiones, carritos, pelotas, eran lindos los
preparativos, los proyectos y lograr el resultado final. Cuando fuimos más
grandes jugábamos a la pelota entre los jóvenes de los barrios y luego
terminábamos la tarde compartiendo un baile con las chicas, con la música que
salía de la vitrola”.
Recuerdos, anécdotas de una época pasada y de infancias y
adolescencias distintas a las de ahora, pero bien divertidas también.
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