Doña María
Schamberger nos cuenta su vida. Nos relata cómo vivía una mujer y cuáles eran
los roles y las actividades que debían desempeñar las mujeres primero como hija
y después como esposa, en una comunidad fiel a las costumbres y las tradiciones
de los alemana del Volga.
“Mi marido, mis
hijos y yo nos levantábamos a las cuatro de la mañana para ordeñar las vacas. Cuando
terminábamos él se quedaba trabajando en el campo y yo encendía el horno de
barro para hornear el pan. Después tenía que lavar la ropa de mi familia, de
mis suegros –porque vivíamos con ellos- y de mis cuñados solteros. Mientras
tanto tenía que ayudar a preparar el desayuno y el almuerzo. Luego de comer
tenía que colaborar con mi esposo en la chacra a arar o sembrar, según lo que
estábamos haciendo. A la tardecita, con mis hijos, tenía que regar la quinta,
carpir las verduras. A la noche, después de cenar y lavar todos los platos, me
sentaba a coser y tejer mientras mi marido, mis suegros y sus hijos jugaban a
los naipes, cantaban canciones en alemán o mi suegro leía la Biblia para que
todos escucháramos. No había tiempo para aburrirse ni para pensar pavadas” –sentencia
Doña María.
“De niña también
tuve que hacer de todo desde muy pequeña –agrega. A los siete años ya tuve que
ayudar a mi mamá a pelar las verduras para cocinar, tender la ropa, darle de
comer a las gallinas y a los cerdos. Casi no tuve tiempo para jugar y menos
para ir a la escuela” –evoca.
“Pasé de tener
una muñeca de trapo para jugar a tener mi propio bebé en los brazos dándole el
pecho: me case a los catorce años. Porque me lo pidió mi papá. Me dijo: ‘casate
con José. Es un hombre bueno, trabajador, honesto, y te va cuidar’. Y le hice
caso. Tampoco podía decirle que no” –confiesa.
“Mi marido era
dueño de un poco de campo. Eran otras épocas. En la que todos teníamos que
trabajar duro y parejo. Solamente íbamos a la colonia los domingos para asistir
a la misa. Y los días de fiestas, como la Kerb y la Pascua. Todos vivíamos de
la misma manera. Éramos todos iguales y muy creyentes en Dios” –enfatiza.
“Mi vida no fue
fácil pero tampoco mala” –concluye.
Libro "Historia de los alemanes del Volga", del escritor Julio César Melchior. El libro que cuenta toda la historia de los alemanes del Volga. Desde Alemania al Volga y desde el Volga a la Argentina. Fundación de las colonias y aldeas. Todo. Absolutamente todo. Se puede adquirir por correo, por el sistema de contra reembolso. Comunicarse a: juliomelchior@hotmail.com.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi abuela nos contaba a mi hermana y a mi, una historia parecida, a excepción del casamiento, ella se caso a los 22 años, nos contaba que a la noche se preparaba la ropa en los pies de su cama, lista para ponersela, como no habia luz todo en orden. Salían a ordeñar y el los días de frio se calentaba los pies en la bosta de las vacas!!! Mi mamá nos dice que eso no es verdad, no se, siempre lo recordamos con mi hermana, y no creemos que nos haya mentido.
ResponderEliminarJorgelina Fischer
hoy están con DIOS.
ResponderEliminarEl primer esposo de mi bisabuela paterna, Ann Marie Quint, era Johann Miguel Schönberger, los dos rusos. Ellos viajaron en el barco SAN NICOLAS. Salieron el 02 de julio de 1892 del puerto de HAMBURGO y llegaron el 29 julio de 1892 a La Plata, Buenos Aires, Argentina. Hasta dónde se tuvieron dos hijas (rusas): María y Catharina...¿serán la misma familia?
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