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jueves, 25 de febrero de 2016

Cinco mujeres especialistas en la elaboración de diferentes tipos de Strudel


Catalina Resch, Angelina Graff, Haydee Burgardt,
Rosa Fogel y Delicia Fogel.
Nos cuentan sus secretos y sus historias de vida. Haydee Burgardt, Delicia Fogel, Angelina Graff, Rosa Fogel y Catalina Resch fueron reunidas por Patricia Mellinger en el Centro Cultural del Pueblo Santa María. Preparativos de la Strudelfest.

Un entusiasta grupo de cinco mujeres del Pueblo Santa María fueron convocadas para hablar de sus recuerdos y para contar algunos secretos de cocina en torno a la elaboración del Strudel. 
Son algunas de las mujeres que están aportando su conocimiento y práctica en la elaboración de este preciado plato, estrella de la gastronomía alemana.
Muchos pueden haber creído que hay una única variedad del clásico postre: elaborado con manzana contenida en una delicada masa que se hornea despacio y que queda crujiente y sabrosa con la crema y el azúcar. Pero en realidad hay alrededor de cinco variantes de Strudel, y algunas como la que lleva chucrut en su interior, que son muy preciadas por la gente de los Pueblos Alemanes.
Angelina Graff cuenta que “empecé a hacer el Strudel de joven, tenía 15 años y teníamos que estar ahí ayudando en la cocina a mamá. Mamá hacía y nosotras éramos las que teníamos que aprender, ayudar, ver cómo se hacen las cosas. No creo que cada domingo había Strudel en la mesa, pero sí se hacía cuando teníamos interés en comerlo, o cuando había algún acontecimiento especial. En casa hacíamos mucho el Strudel de manzana y crema. Se hacía una masa con harina y un poco de agua tibia y sal. Se ponía a reposar un rato y luego poníamos sobre la mesa un mantel y se estiraba la masa sobre ella, llevando hacia afuera, desde el centro, para que quede bien finito. Después se ponen manzanas cortadas finitas, algunas mujeres las ponen con cáscara, yo siempre se la saco.
Ponemos azúcar y bastante crema y se va arrollando con la ayuda del mantel, ni tocamos la masa. Puesto en la fuente de horno se coloca por encima un poco de crema y azúcar y se cocina. Comíamos el Strudel a cualquier hora, hasta que se termina”.
Catalina Resch recuerda que en la casa de sus padres se hacia el Strudel para Pascua y para las fiestas de Kerb. 
Recuerda “el Strudel de chucrut, de zapallo y de azúcar quemada. Para estos Strudel hacemos una masa con levadura, en una masa no muy dura que se deja reposar, y después se hacen bollos para cada Strudel, se estira con el palote y se coloca el relleno adentro. No es la masa finita del Strudel de manzana. En la casa de mis padres se hacía para comer en esas fechas especiales, con otras tortas como el Dünekuchen”. 
Contó Catalina que horneaban estos Strudel en el horno de la panadería de Weisbeck, horno a leña. “Todas las tortas se cocinaban en el horno de la panadería”. 
¿Hacían grandes cantidades para vender?, fue la pregunta para Catalina, la respuesta una negativa enfática: “éramos 14 hermanos, una familia muy grande, y además recibía visitas de afuera. Dormíamos esos días en el piso y todos lo pasábamos más divertido que ahora. Recibíamos a los parientes que habían ido a trabajar a Río Negro y a otros que venían del campo. La pasábamos muy lindo, todos ayudábamos en esos días. Estábamos todos juntos tres o cuatro días, venían en carritos con caballos para encontrarnos entre parientes y amigos. Mi mamá cocinaba muchas cosas en el horno de barro, hacían la sopa de gallina con fideos caseros. Iban todos a los bailes, que empezaban temprano, a las 10 de la noche y a las 12 o la 1 se terminaban. Comíamos los Strudel cuando se tomaba mate”. 
Contó que el Strudel de zapallo lleva azúcar y la variedad de azúcar quemada se elaboraba dejando quemar lentamente el azúcar con un poquito de agua, generalmente en el horno de la cocina a leña, y después se le ponía maicena para espesarlo, y con esta preparación se rellena la masa de levadura. “Hay algunas de estas recetas que me acuerdo y otras que tengo anotadas, para no olvidarme”, contó la mujer.
Haydee Burgardt relató a La Nueva Radio Suárez que “el strudel que preparábamos en casa era el de manzana y también el de zapallo. Los preparábamos para las fiestas y por supuesto para los casamientos. Antes no había tantas tortas como ahora, por lo que había que hacer mucho Strudel y Dünekuchen. Me enseñó a hacerlo mi mamá; tenía 11 años cuando empecé a ayudar, éramos 9 hermanos y mi madre sola no podía. Teníamos que ayudar en la limpieza, ordeñar a la mañana temprano. Mamá hacía dulce de leche, la crema, la manteca, todo lo que usábamos era todo hecho en casa. Además teníamos que lavar la ropa en tabla, con fuentón. No necesitábamos ir al gimnasio, trabajábamos y eso era ejercicio suficiente”.
Delicia Fogel contó que el Strudel de ricota se hace “por supuesto con ricota y con manzana cortada finita, se pone en la masa de levadura, se le pone crema, a veces se le agregan pasas de uva y una yemita de huevo para que adhiera y se rellena el Strudel. Comemos este Strudel a la hora del mate, o a la mañana en el desayuno”. 
¿Cuál cuesta más elaborar? La respuesta de Delicia es que con práctica no cuestan mucho trabajo elaborarlos. 
“Y me gustan los dos, el de ricota y el de manzana con la masa tipo filo, que se estira bien finito. Este es el que conoce todo el mundo y es que el se sirve de postre en todas las fiestas con comida típica”. 
Cuenta que le enseñó a hacer esta y otras comidas su mamá y también la abuela: “la abuela me enseñaba mucho, pero mi mamá tenía una mano excelente para toda la cocina. Era quien mandaba en la cocina cuando estábamos las tres juntas. Pero me enseñó sobre todo mi abuela, porque estaba mucho más con ella. Siendo chica iba de una casa a otra: cruzaba la calle y elegía dónde comer cada día, de acuerdo a lo que habían cocinado. Mi abuela hacía también los domingos sopa de gallina, con fideos amasados por ella”. 
Con la mano que tiene Delicia para la cocina, ¿ha logrado los sabores que recuerda de su infancia, que lograban su mamá y su abuela?, responde que “a veces sí, pero no siempre. Hay ingredientes que no son como los de antes. La vainilla no es la misma de antes, como para dar un ejemplo. La crema también es diferente de la que hacíamos en casa”.
Rosa Fogel comenta luego que “ahora a este Strudel se le agrega una bochita de helado, pero no es lo mismo. Al de zapallo mi mamá le ponía un poquito de pimienta blanca, que con azúcar es riquísimo, para darle más sabor. Ayudaba a mamá en la cocina y de ella aprendí a hacer el Strudel de manzana, con la masa bien finita. Hoy en día, cuando hago para mi familia, utilizo 3 kilos de manzanas verdes, tengo que doblarlo en la asadera, porque a lo largo no entra. Le pongo canela, pasas de uva, mucha azúcar y crema. Y como pasa siempre se pelean por la última porción”.
Todas las mujeres consultadas coincidieron en que estar ayudando a preparar la Strudelfest es “estar recordando nuestra infancia, con nuestros propios abuelos y nuestros padres, cuando nos reuníamos para celebrar”, y obviamente la cocina era el lugar y motivo de encuentro para las mujeres.

1 comentario:

  1. mio abuela hacia strudel de zapallo con azùcar y un poco de pimienta. Que exisitos sabores! los tengo en mi memoria. Siempre digo que lo voy a intentar.

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