
Don Eusebio se levantó, abrió la ventana y miró hacia la calle. Grande fue su sorpresa. Doña Ester estaba en el piso, despatarrada cuan larga y ancha era, insultando a diestra y siniestra a los niños, a sus padres y a la maestra que los educaba.
Historia, costumbres y tradiciones de los alemanes del Volga. Investiga y escribe: Julio César Melchior
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