Nuestra rica y ancestral historia
comienza cuando nuestros antepasados empiezan a emigrar de la hoy Alemania, y
en aquel entonces el Sacro Imperio Romano Germánico, principalmente de las
regiones de Hesse, Renania-Palatinado, Baden-Wurtemberg y Baviera para reunirse
en la ciudad de Büdingen, en Oberhessen, y emprender todos juntos el viaje
hacia Rusia, aceptando una invitación lanzada mediante un Manifiesto, por la emperatriz Catalina II de Rusia, de afincarse en las
tierras del bajo Volga, el 22 de julio de 1763. El grupo mayor embarcó en el
puerto de Lübeck, y otro menor, por el de Danzig. Navegando por el Mar Báltico,
hasta llegar a las puertas de las inmensas tierras del imperio ruso.
A
partir de allí, todo fue sinsabores y decepciones. Sentimientos y sensaciones
que continuaron experimentando durante meses, hasta, por fin, lograr llegar a
orillas del bajo Volga, casi un año después de haber emprendido el viaje, y
habiendo sufrido grandes penurias, fríos y muertes.
El 29
de junio de 1764, casi un año después de haber partido de sus antiguos hogares,
fundaron Dobrinka, la primera aldea alemana del Volga.
(Recopilación
histórica y redacción: Julio César Melchior, de su libro “Historia de los
alemanes del Volga”).
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