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domingo, 10 de diciembre de 2023

¿Te acordás del Pelznickel?: las tradiciones navideñas de los alemanes del Volga

Entrevista al escritor
Julio César Melchior,
realizada por

lanuevaradiosuarez.com.ar
 Los descendientes de los alemanes son poseedores de una riquísima tradición para estas fechas festivas que cierran el año, que traen noticias con esperanzas renovadas del nacimiento del Niño Dios y la posterior llegada de los Reyes Magos.
¿Cómo se vivía esta importante etapa del año? Esta pregunta La Nueva Radio Suárez se la hizo a Julio César Melchior, escritor sobre la historia, costumbre y tradiciones de los Pueblos Alemanes. 
En el principio, se refirió a San Nicolás, “que se conmemora todos los 6 de diciembre. Fue un obispo católico que vivió en el siglo IV. A partir de sus obras, con el transcurrir de los siglos, fue derivando en lo que hoy conocemos como Papá Noel”.
Claro que Papá Noel, indica, se terminó de consolidar a fines del siglo XIX, más toda la impronta del siglo XX a partir de la utilización de esta imagen de una popular fábrica de gaseosa. “Esto derivó después, para las Colonias, en lo que se conoce como el Pelznickel”. 
Explica que la Navidad y el Año Nuevo de los alemanes del Volga tienen una fuerte presencia religiosa, pero, a su vez, “deriva en una celebración familiar y social. Porque la costumbre de la Navidad, en cada Noche Buena, era concurrir toda la familia a misa, a las 12 de la noche. No estaba la costumbre del brindis y todo eso, porque se cenaba antes de ir a misa”.
Explica Julio César que “al regresar a casa, la familia esperaba la llegada del Pelznickel, que no era más que otro colono disfrazado con un sobre todo, por lo general negro, con botas de campo, una barba hecha con lo que encontraba, un sombrero”. Hay que tomar en cuenta el contexto: Julio César recuerda que en aquel momento no había iluminación eléctrica en las calles. “Se lo oía llegar de lejos, porque venía gritando sonidos guturales y arrastrando la cadena más pesada que pudiera encontrar para que escuchara sus ruidos. Hay que transportarse a esa época, los chicos entraban en pánico”.
Es que ese personaje ya sabía de antemano “las travesuras que los niños habían cometido durante el año -a instancia de los padres-, por lo que al ingresar a la casa preguntaba, ¿dónde están los chicos malos? Y los interroga”.
Los niños se escondían tras las faldas de la madre, debajo de la mesa, en el mejor escondite o buscaban escaparse. “El que había cometido alguna falta los hacían rezar, los pasaban por todas las oraciones. Era un momento complicado. Algunos traían una ramita y había algún castigo”.
Cuando este tenebroso personaje abandonaba la casa, “llegaba el Christkindie, que sería como el Niños Jesús. Generalmente era una niña, vestida de blanco, que traía golosinas. Era como representar el bien y el mal. Uno el castigo, el otro la resurrección, la vida nueva, empezar el año limpio”.
Estas representaciones fueron recuperadas en algún momento y se hicieron muy buenas representaciones, de la mano de alguna de las instituciones de los Pueblos Alemanes, hace unos años atrás.
Más vale que ambos personajes dentro de las tradiciones era una presencia intangible, traída por los padres y mayores en general, ante la travesura de los niños de la casa, recordándoles que para fin de año llegaban uno y otro. “Es como en otras culturas, el famoso ‘Cuco’. A los niños se los asustaba de esa manera. ‘Portate bien que va a venir el Pelznickel y te va a llevar’, le llegaban a decir”.
En los primeros tiempos de la Colonia, “aparecía en todos los hogares. Lo que por ahí no aparecía era la presencia del Christkindie. Pero el Pelznickel aparecía en todos los hogares” relata Julio César, aclarando que él no lo llegó a vivir. 
Pero tiene una anécdota de un amigo, mayor que él. “A mi amigo el Pelznickel le quiso llevar la hermana, porque siempre se peleaban, y todavía lo recuerda. Pasaron los años y cada Navidad lo recuerda”.

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