húmeda
de rocío y llanto:
rocío
que dejó la noche
y
llanto que dejó el olvido.
La
velan los yuyales
y
unas flores silvestres,
en
la vastedad del patio,
que
los años trocaron en baldío.
Y
la lloran los recuerdos
de
mi alma que no encuentra,
ni
la casa de mis padres,
ni
el jardín florecido.
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