Por Julia Prilutzky Farny
No ocultes tu verdad porque haga daño,
ni evites el dolor que está en tu vida.
Entrega lo que tengas –canto, herida-
pero entrega: no pases como extraño.
Y no mientas jamás, que todo engaño
deja su marca, tenue o definida,
y hay luego en todo estar, algo de huida
y en toda intimidad, algo de huraña.
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