Por Juan Carlos Roht
Hace 68 años, exactamente un 20 de Julio, nacía
“Barroute”, “El bar de Roht , de Jorge
Roht , en la actualidad y desde varias décadas: “mi-bar.
Pueblo Santa María acababa de
cumplir sus jóvenes 61 años y Club El Progreso, la institución emblemática de
la comunidad, estaba próxima a conmemorar su primera década de vida. No existía
el camino asfaltado a la ciudad de Coronel Suarez. Los habitantes se
movilizaban con carros tirados con caballos, tampoco la nomenclación de calles:
para orientarse algún vecino reconocido por diversas razones servía como punto
de referencia. La estafeta de correo es el medio de comunicación. Se llevaban a
cabo la juntada de maíz, lúpulo, la cosecha de trigo…
Y en medio de ese escenario, Jorge Roht, un joven de 34 años ,
cansado de la vida de carrero, pero no de la lucha por el bienestar y el futuro
de su familia, se instala en la que es hoy la tradicional esquina de Salta y 9
de Julio.
Paredes de 45 cm de ancho, de ladrillos
levantado sobre barro y sin revoque exterior, techo con cabreadas y machimbre,
puertas de 3 metros de alto y ventanas del mismo tenor, hacen a un edifico solido
e imponente, construido a fines del siglo XIX, en pleno corazón de la
manchurria.
Jorge Roht, mi viejo, toma
posesión del lugar, en el cual lo antecedieron aproximadamente 10 inquilinos, junto
a su esposa Rosa Kramer y sus hijos Lidia Angélica y Enrique (fallecido). Más
adelante vendrían Juan Carlos, Rosa Elisa y Jorge Raúl (fallecido).
Aun no existía el Día del Amigo,
jornada tan significativa en la actualidad. Por aquel entonces era simplemente
el 20 de julio de 1948, cuando mi viejo, quizás por cuestiones del destino y
sus ansias de progreso, se Inicia en la actividad comercial.
Un castigado mostrador de madera, con su
frente machimbrado y sobre el mismo, una balanza de dos platos con sus pesas y
la caja al lado. Refrigerando las bebidas, el sótano ya existente, la bomba de
sapo, algún balde fuentón o batea , mientras que la calefacción es el brasero a
carbón, la luz la hace el kerosene , la bordalesa cuidando al vino, el
decalitro la medida, las Glacial la Bilz, la caña Globo, Pineral Hesperidina .
Una enorme y moderna radio a
baterías, irradiaba en la voz de Fioravanti, los goles de Maschio, Sivori y
Angelillo, mientras que a los Grandes Premios de Turismo de Carretera, Luis
Elias Sojit les daba vida. Los dramas gauchescos, la hora suiza, los chamame de
Musimessi al atardecer dominguero, y toda una vida de sueños compartidos, entre
copas, clientes y bolichero.
Jorge Roht, mi viejo, empezó con
este comercio familiar el año 1948, y a los efectos de poder sumarle bienes y
muebles, fue una temporada a la Provincia de Rio Negro a trabajar en la cosecha
de manzanas, como así también durante muchos años trabajó de bolsero y
estibador en la Estación Bathurts, siendo mi madre la responsable de la
atención durante su ausencia.
Con el paso del tiempo, la suma
de mercaderías y la dedicación permanente de mi padre, el comercio se convierte
en un bar que además vendía artículos comestibles .
En los años 60’, se agrega el
local de venta de comestibles y anexos, quedando para uso exclusivo del
expendio de bebidas el local de bar, pasando a ser en esa época el único en el
pueblo en contar con locales separados. Tiempos de bolicheros casi obligados a
compartir las copas con los parroquianos, ser el comodín para completar la mesa
de naipes y de cuántas cosas sea necesarias.
Transcurre el tiempo y son tantas
las historias hasta llegar a la noche del 2 de septiembre de 1964. Mi padre próximo a cumplir sus 51 años,
sufre un derrame cerebral, el que le impide seguir en actividad. El comercio
tenía 16 años y yo 14!
Sesenta y
ocho años con altas y bajas comerciales, alegrías, tristezas y hasta angustias
personales, dentro de una actividad en la que supe cosechar amigos más que
clientes, de compartir desde mi niñez con adultos mayores y con jóvenes.
Hoy en la
curva de la vida, con el alegre, triste, malhumorado, el político, artista,
funcionario, compartir 52, de mis 66 años.
Como papá y mamá se
han ido tantos. Si Chiquita! Tus viejos. Schuarts Luisie, Alejandro Maier,
Gabriel Fogel, Manuel Suppes, Alejandro Andes, Adan Kilp, Cristobal Kippes,
Juan Urban, Juan Gerk, Pedro Gertner, Juan Sieben, Pancho Weimann, Miguel
Gunter, Benito Graff y seguramente algunos más, y que pocos hemos quedado!!!
Pelé, César , Tato. A Don Jorge Streitenberger, por su ejemplo de vida, su
caridad y amor a El Progreso, a sus 96 años, y a los 36 con alma de bolichero.
Gracias!! Por hacerme reflexionar. A mi amigo Titi , Jorge Omar Gallinger, hermano
y compañero de tantos años, simplemente Gracias, Gracias, Gracias!!!
Al principio fueron papá y mamá, mis hermanas Lidia y Rosita.
Hoy son mis hijas, Natalia y Diana, los nietos, Dianita, Martina Dylan , Pilar
y Aaron, la verdadera razón de mi vida.
A mis clientes y amigos, de toda una vida de sueños
compartidos, los que están y de tantos que se han ido, el pescador, cazador,
bolsero, tractorista, maquinista, albañil, pintor, carpintero, taxista,
operario industrial , administrativo, comunicador, camionero…
Levanto bien alta la copa para brindar por nuestra amistad y
por estos 68 años de “mi-bar”…
Feliz 68º Aniversario “mi-bar”.
¡Feliz día del Amigo!