Por
Juan José Schmidt
Cuando aún era territorio nacional
(actuales provincia de Chaco y Formosa), el gobierno de la nación fomentó el asentamiento de colonos provenientes de
países europeos, ya establecidos en la Argentina.Con el objetivo de crear
colonias agrícolas, a fin de poblar
tierras desocupadas e impulsar la actividad agropecuaria, en lo que previas mensuras se determinaban como colonia
Juan José Castelli y colonia La Florida. Por ese entonces en la zona norte
(impenetrable) se encontraban los asentamientos de pobladores criollos
(norteños) provenientes de Salta que se
adentraron a Chaco en busca de mejores pasturas y aguadas, dichas estancias no
se hallaban delimitadas por alambrados, por lo que los animales vacunos se
diseminaban por toda la región, siendo éstos simples ocupantes de la tierra.
Las comunidades aborígenes (tobas y matacos) por su parte se hallaban establecidas
en las márgenes de los ríos Teuco, Bermejo y Bermejito.
Entre el 17 y el 26 de mayo de 1931
fueron llegando los trenes de contingentes a Presidencia Roque Sáenz Peña con un total de 320 familias de descendientes
de Alemanes del Volga provenientes de la provincia de La Pampa. El ferrocarril
se detenía en la última estación ferroviaria trayendo a mujeres y niños.Además
de sus pertenencias personales, traían caballos y herramientas en el sector de
carga, en tanto que hombres e hijos mayores de edad hacían este trayecto en
carros tirados por caballos arribando
semanas más tarde.
Por gestiones llevadas a cabo por el
Sacerdote Redentorista Juan Holzer. LA UNION AGRARIA GERMANO-ARGENTINA se encargaba del traslado y
posterior radicación en sus respectivas colonias.
Los días posteriores a su llegada, se
desarrolló un temporal de lluvia y llovizna, por lo que permanecieron varios días alojados en improvisadas carpas a
la vera de la estación ferroviaria y a la espera de los hombres que hacían el
trayecto en carro. Fueron días difíciles que tuvieron que afrontar debido a las
condiciones climáticas, sumado a
enfermedades por la contaminación del agua; la subsistencia
alimentaria estaba cubierta mínimamente
por el gobierno y pobladores de la ciudad que acercaban donaciones.
Desde allí se dirigieron 120 Km . al norte en
caravana, con carros por caminos en
medio del monte sorteando obstáculos que se presentaban, bordeando bañados,
empantanándose, además de ser asediados por
alimañas propias de la zona.
Las colonias se hallaban en una gran
pampa de 60 kilómetros de largo por 40
de ancho de sud-este a nor-oeste, llamada con anterioridad colonia pastoril
Rodríguez Peña.
Al llegar a las colonias ocuparon las
campos previamente determinados para cada jefe de familia e hijos mayores de
edad; dichas parcelas de tierra contaban con 100 hectáreas de
campo, que el gobierno nacional entregaba en condición de ocupantes hasta tanto
se pagara la tierra, para obtener luego sus respectivos títulos de propiedad.
Vestimentas características de primeras
familias y casa típica

A
no más de 100 metros. Se hallaba el pozo que abastecía de agua a los animales,
además del aseo y consumo familiar, en tanto que los días calurosos cumplía la
función de refrescar bebidas, que eran
bajadas en bolsas de arpillera sujetados a un lazo, como así también conservar leche.
El cultivo predominante fue el algodón,
producción desconocida para estos hombres y mujeres que venían de climas fríos
donde se desarrollaban los cultivos de
trigo y lino en menor escala.
La siembra de algodón se realizaba en
pequeñas parcelas no mayores de 10 hectáreas , en los inicios muy
rudimentariamente por no contar con herramientas ni el conocimiento básico de
cómo hacer su implante; Se roturaba la tierra con arado mancera tirado por un
caballo, luego se comenzaron a utilizar los primeros arados de asiento de una y
luego de dos rejas tirados por cinco y seis
caballos respectivamente atados en doble fila.
Surcando
la tierra con arado doble de asiento y cultivando el algodón



Así los encontró
el 17 de junio de 1936 con la inauguración de la línea férrea desde Sáenz Peña
hasta el Km. 100, donde ya se comenzaban a levantar las primeras casas,
instalar los primeros negocios y la primera desmotadora de algodón. Esto
contribuía a mejorar la calidad de vida de la colonia, pudiendo comercializar
el algodón, adquirir la mercadería y estar comunicados con el país por medio
del ferrocarril, éste asentamiento se llamó Juan José Castelli, (actualmente
Castelli) de espíritu progresista, siendo
una ciudad pujante gracias al oro blanco y al espíritu tesonero de un
puñado de pioneros que regaron sus calles con el sudor de su frente.
Es de destacar
que en 1928 un pequeño grupo adelantado de alemanes, al conocer la idea se
colonizar la zona, se había instalado por sus propios medios en lo que se
denominaba Villa Fortuni, formándose un caserío de no más de 10 viviendas, con
la llegada del tren a Castelli se trasladaron al nuevo pablado instalándose
definitivamente.
“El deseo de tener su propia tierra, los
animaba a seguir adelante, el apoyo de sus pares y la fe inquebrantable en
Dios, fueron la base fundamental en esa incipiente comunidad”.
Decían mis padres: “Fueron días difíciles, no había médicos, ni caminos, cuando la cosecha
no era buena o las mangas de langostas arrasaban todo a su paso, debíamos
arreglarnos con lo poco o nada que teníamos, pero éramos muy unidos, entre
todos nos ayudábamos para juntos salir adelante”.
A los alemanes del Volga
El Chaco los vio llegando
allá por los años treinta,
carros rusos y volantas
e ilusiones en su cuenta
Buscando nuevo horizonte
dejando olores de guerra,
se metieron en el monte
surcando la virgen tierra.
Eran rusos alemanes
de trabajo sin frontera,
gauchos los hizo la pampa
el honor fue su bandera.
Dejando campos de trigo
por tener su propio suelo,
se afincaron en Castelli
fue el algodón su consuelo.
El verdor de nuestros montes
con el blanco se abrazaba,
cuando el arado de asiento
en los surcos dibujaba.
Trabajando sin descanso
de angustias
pena y sudor,
la fe en Dios fue su guía
para mitigar su dolor.
Al sonar un acordeón
la reja muda quedaba,
y por los campos se oía
el bombo que retumbaba.
Eran polcas y corridos
de diversión manifiesta,
con una caña casera
estaba armada la fiesta.
Muchos hijos fue su premio
que tata Dios les mando,
poblando esta tierra noble
con estirpe y tradición.
Sus costumbres y dialectos
su cultura aun latente,
han quedado para siempre
en el alma de mi gente.
Juan José Schmidt
Juan José
Schmidt es nacidoen Castelli el 11 de octubre de 1967 es descendiente de
alemanes del Volga; su abuelo nació en coronel Suarez provincia de Bs. As.en
1900; Su padre nació en Epupel provincia de la pampa en 1922. Escribió
“En surcos de blanco algodón… su huella quedo marcada” en 2012 y en 2014
presentó “desandando la huella”. Su interés por rescatar la historia cultural
es debido a un convencimiento de que no debemos olvidar nuestras raíces.
Es autor de
innumerables versos e historias breves que fueron publicadas en antologías,
considerado como narrador poético autodidacta e investigador del fenómeno
cultural de los alemanes del Volga.
Miremos nuestro
pasado,
vivamos este
presente,
proyectemos el futuro,
en un mundo diferente.
Juan José Schmidt

Mi papá nació en Unanué La Pampa en 1926,y cuando era muy chico hizo el viaje a Colonia Castelli con mis abuelos y siempre me contaba lo desamparados que estaban al llegar , lo duro que fue comenzar de nuevo,casi sin herramientas y sin conocer el lugar ni el cultivo del algodon,el recordaba que un colono de otra nacionalidad que ya estaba en el lugar les enseñó las primeras cosas respecto al cultivo para arrancar,las langostas y la pelea para que no se comieran lo sembrado,en fin ,tal cual se cuenta en la nota.
ResponderEliminarcomo dije mi papa nación ( 8de julio 1926)al salir de la pampa y entrar casi a santa fe .se fueron en carro . los pumas .pusieron sus mejores caballo y llevaba una cosechadora de trigo .pensando que la tierra daría para eso muchos meses pasaron y muchos se quedaron en distintos lugres y formaron otros pueblos jamás se imaginaron con que se encontrarían .campos llenos de tuscales y tierras áridas
ResponderEliminarSoy descendiente en segundo grado de alemanes del Volga. Tengo parientes en Juan José Castelli. Mi madre llegó a contarme que muchos chicos murieron en el tren en el que viajaron los colonos, entiendo de cólera por falta de agua saludable y que eran enterrados a los costados de la vía. Mis padres nacieron y se casarton en Guatraché La Pampa. Una vez casados se vinieron a Buenos Aires. Conmigo de infante mi padre solía viajar todos los años a su lugar de nacimiento a ver a hermanos, parientes y amigos. Siempre todos en sus chacras, ya sea propias o alquiladas. Para cuando yo tuve 18 años de edad creo fue mi último viaje, en el cual fui sólo. Ya no había más chacras, era todo estancias. Así de sencillo.
ResponderEliminarUno de los 11 hermanos de mi abuelo que vinieron de Rusia/Ucrania y que se habían radicado en La Pampa hizo esa travesía hacia Castelli con el sacerdote Juan Holzer. Todavía tengo alli familiares de mi tío abuelo. Los Zentner
ResponderEliminarMi suegro es descendiente de la familia Heinrich, de Nicolás Heinrich. Hoy vive en Monte Grande añorando volver a Castelli y visitar el pueblo, la Iglesia, la Escuela, la Plaza, en fin , tiene 82 años y quiere esas imágenes y esos recuerdos para llevárselos con él. Emilio Heinrich es su nombre cualquier información que que le puedan acercar, mi mail oskabral@gmail.com, mi celular 1538809259, Oscar es mi nombre.
ResponderEliminarMi abuelo Adan Lump.
ResponderEliminarVivoahi en colonia la florida castelli chaco .tenia grandes campos y sembraba algodon .
Yo naci ahi tambien