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Fotografía de www.bbc.com |
En la actualidad todavía se yerguen orgullosas, tanto viviendas lujosas como humildes ranchitos de adobe, con sus puertas de madera con sus cerraduras y sus llaves de metal, fabricados por aquellos lejanos herreros de las colonias o aldeas. Y como todo, las llaves también tienen su historia.
Investigando en los orígenes de la llave la historia nos cuenta que los primeros indicios que se tienen de ella son de hace más de cuatro mil años, que eran de madera y los primeros en usarlas fueron los chinos y los egipcios. Sin embargo, la invención de la llave se le atribuye oficialmente al griego Teodoro de Samos, en el siglo VIII a.C.
De más está decir que desde su nacimiento mismo, la llave tiene connotaciones que están ligadas al sentido de la propiedad privada y con una fuerte carga simbólica. En Egipto, por ejemplo, las llaves y los candados estaban destinados a los habitantes más ricos, mientras que los griegos fueron los que popularizaron su uso.
Los romanos fueron quienes no solamente la asimilaron como uso diario sino que también la perfeccionaron. Tanto es así que ellos son los precursores de las llaves que hoy en día utilizamos, porque fabricaron las primeras llaves de metal, como asimismo crearon el sistema de la vuelta de llave para dotar de mayor seguridad los cierres.
Y como cierre a esta historia vamos a revelar un secreto que hoy día ya no es secreto: las llaves también son utilizadas desde la antigüedad en la magia, donde se usan como amuletos y en muchos rituales, ya que se les atribuye la virtud esotérica de abrir caminos y de protección. Asimismo mucho todavía creen que tener llaves antiguas en la alacena o cocina atrae la prosperidad y buena suerte.
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