Rescata

Para más información pueden comunicarse al WhatsApp: 2926 461373 o al Correo electrónico juliomelchior@hotmail.com

jueves, 13 de noviembre de 2025

El inolvidable mate con leche

 En el mosaico de costumbres que forjaron la identidad de las colonias y aldeas, existe un ritual que hoy evoca una profunda nostalgia en los descendientes: la costumbre de preparar mate, no con la tradicional agua caliente, sino con leche de vaca fresca.
Esta práctica, que en algunas familias fue un hábito casi cotidiano y que pasó de los abuelos a los padres, hoy se encuentra, según observadores y memoriosos, prácticamente en desuso en la mayoría de las comunidades de alemanes del Volga.
El mate con leche, más allá de la dulzura que podía aportar (si se le añadía azúcar) o de su sabor reconfortante, cumplía una función esencial en la vida ancestral: la de ser un poderoso suplemento alimenticio.
En aquellos tiempos de esfuerzo constante, donde la vida rural imponía jornadas extenuantes, la leche —rica en calorías, grasas y proteínas— transformaba la infusión en una ración nutritiva clave.
Sustituir el agua por la leche fresca de vaca significaba una alimentación extra diseñada específicamente para fortalecer el cuerpo de toda la familia. Este aporte calórico era vital para que el hombre, la mujer y los niños pudieran afrontar y superar las contingencias diarias que deparaba el trabajo en el campo.
El declive de este hábito está directamente ligado a la modernización de la vida y la simplificación de las rutinas alimenticias. Sin embargo, la memoria de aquella época, con su disciplina y sacrificio, permanece viva.
Las historias, las anécdotas, las vivencias y las fotografías que retratan la dureza y la belleza de esa vida ya pasada se convierten hoy en un valioso legado histórico. Fuentes como el libro “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, que son dos libros en uno, son ideales para conocer cómo fue la vida de nuestros ancestros, y también sirven para documentar y honrar el espíritu de aquellos pobladores.
El mate con leche es, por tanto, un símbolo de la resiliencia y el ingenio de una generación que supo encontrar en una simple infusión el combustible necesario para construir su futuro.

Para comunicarse con el escritor Julio César Melchior escribir al correo electrónico juliomelchior@hotmail.com o al WhatsApp 2926 461373

Los inolvidables recuerdos de antaño

 El nuevo libro “Hilando Recuerdos de los Alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, es un documento esencial para desentrañar el fenómeno de la identidad migrante de triple arraigo. La obra trasciende el relato personal para ofrecer un registro histórico de cómo una colectividad de origen germánico logró preservar su cultura a lo largo de su vasta trayectoria migratoria.
​Esta nueva publicación no es una mera recopilación de anécdotas, sino un estudio etnográfico que pone en valor la tenacidad comunitaria, la fe como motor de subsistencia y la capacidad de construir hogar en entornos disímiles.
​El autor estructura el análisis en torno a tres focos temáticos que documentan la vida íntima y social de las aldeas:
​La sección centrada en “La casa de mamá” aborda con detalle la microhistoria de la vida diaria en el hogar. Se documentan los pormenores de la rutina doméstica, la administración de los recursos y las minucias que definían el día a día. Se destaca el rol de la madre como gestora del esfuerzo y la fe, cuyo accionar era el pilar silencioso que garantizaba la sostenibilidad de la familia en el contexto rural.
​A continuación, la obra se enfoca en “La casa de la abuela”, identificando a esta figura como la custodia viva del patrimonio inmaterial. Este capítulo explora la trascendencia de su recuerdo y el legado que dejó en la familia, centrando el análisis en las tradiciones, las costumbres y la transmisión oral. Su función se postula como un acto esencial para la continuidad cultural de la identidad volguense.
​Finalmente, el capítulo de “Travesuras infantiles” ofrece una perspectiva sociológica sobre la formación social y la inocencia de la niñez de la época. Describe las travesuras y juegos realizados en aquellos años, que se analizan como un reflejo de la libertad y la exploración del entorno, siempre bajo la mirada atenta de una comunidad fuerte y cohesionada.
El libro ​“Hilando Recuerdos de los Alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, se postula así como una herramienta indispensable para el estudio de los flujos migratorios y la conservación de la identidad. La obra demuestra que el legado de esta colectividad, más allá de la contribución productiva, reside en los "hilos invisibles" de la memoria que continúan tejiendo la historia del país.

Para adquirir el libro pueden escribir al escritor Julio César Melchior a las siguientes dos direcciones: WhatsApp 2926 461373 o al correo electrónico juliomelchior@hotmail.com y él con mucho gusto les brindará todos los detalles.

El libro está en una oferta promocional: $17.000 sin abonar ningún gasto de envío ni de correo extra. Aprovechen esta oportunidad única, válida hasta el 31 de diciembre de 2025

domingo, 2 de noviembre de 2025

Las Rogativas, una antigua tradición de los alemanes del Volga

 Dentro del amplio calendario de tradiciones religiosas de las localidades fundadas por los alemanes del Volga, la práctica de las Rogativas, conocida en dialecto local como Kreuz Gehen (‘ir a la Cruz’), se destacaba como un evento de profunda significación espiritual y agrícola. Un ritual que se llevaba a cabo a principios de noviembre y que establecía un vínculo sagrado entre la comunidad, sus campos y Dios.

Las Rogativas consistían en una visita solemne, realizada en procesión, a las tres cruces erigidas en puntos estratégicos de los aledaños de la colonia. Estas cruces, enclavadas en los puntos cardinales exteriores, no solo demarcaban los límites de la propiedad comunitaria, sino que, en su conjunto, representaban a la Santísima Trinidad. Eran, en esencia, las guardianas de la fe y los sembrados.
La procesión se celebraba en las tres mañanas consecutivas al Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), un periodo clave para encomendar los trabajos agrícolas venideros a la intercesión de los santos y los ancestros y agradecer los frutos recibidos durante el año agrícola ya concluido.
La marcha partía desde la iglesia, a las 6 de la mañana, encabezada por el sacerdote, acompañado por los monaguillos y el Schulmeister (sacristán y maestro laico, figura esencial encargada de la educación religiosa y el apoyo litúrgico), portando una cruz, luego le seguían los niños, divididos en dos bandas de varones y niñas, avanzando en rigurosa formación, y finalmente los feligreses, en resumen, toda la familia, cantando y rezando, cerrando la marcha.
El propósito de esta liturgia era doble: celebrar una ceremonia religiosa en gratitud por los dones y las cosechas recibidas durante el año agrícola recién concluido y solicitar fervorosamente que la próxima trilla fuera abundante y que Dios prosiguiera bendiciendo a la comunidad con su gracia.
Al llegar al pie de cada cruz, frente a la imagen de Jesús crucificado, la procesión se detenía. La comunidad se imbuía en un profundo misticismo, cantando y rezando las venerables Letanías de Todos los Santos –una de las oraciones de intercesión más antiguas y solemnes de la Iglesia.
El tema central de la ceremonia era la bendición de los campos: el sacerdote, tras las oraciones y los cantos, procedía a rociar con agua bendita la tierra circundante como signo de consagración, gratitud y ferviente súplica por una buena cosecha. La jornada concluía con el retorno solemne a la parroquia, donde el sacerdote oficiaba la misa final.
En la actualidad, las Rogativas continúan realizándose con profunda devoción en los tres pueblos alemanes del Distrito de Coronel Suárez, así como en muchas otras comunidades fundadas por descendientes de alemanes del Volga en el país. Representan una de las tradiciones más antiguas y constantes, un lazo inquebrantable que nutre y define la identidad religiosa y cultural de sus descendientes, asegurando que la fe de los antepasados siga viva.