Por
Padre José Brendel
No siempre San Miguel se llamó así.
Hacia 1930 surgieron dificultades en el Ministerio de Comunicaciones de la
Nación, por la multiplicidad de las poblaciones que se llamaban San Miguel e
inducía al Correo a errores. Además del pueblo San Miguel, próximo a la
Capital, estaba San Miguel de Hinojo, y alguna otra colonia de menos cuantía,
que llevaba ese nombre que son tan afectos los colonos alemanes del Volga.
Sin haber consultado al pueblo como
correspondía, las autoridades preguntaron a un señor de la colonia, que tenía
sus influencias políticas en Carhué, qué nombre se le podría poner a San
Miguel. Y aquél, sin dudarlo, le dio el nombre de su propia esposa. Y
repentinamente aparecieron los sellos del Correo con Colonia Santa Mariana.
Hubo protesta inútiles, ya que todo estaba hecho. Pero los colonos nunca
entraron con el nombre nuevo, que no les interesaba y cuando alguien les
preguntaba de dónde eran, solían responder: de San Miguel… que ahora le dicen
Santa Mariana.
Pasado un tiempo, surgió de nuevo la
protesta, y se hicieron trámites ante el estado provincial, para que San Miguel
recuperara su nombre. Y hacia 1945 (aproximadamente) el Ministerio de
Comunicaciones dio a San Miguel, lo que le había quitado: su nombre, con el
agregado de Arcángel.
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