Vivienda tradicional de los alemanes del Volga, ubicada en Pueblo Santa María, que perteneció a la familia de Nicolás Schmidt. |
Bajaron del barco. Viajaron en
tren. Llegaron a Sauce Corto (hoy Coronel Suárez). Levantaron sus casas de adobe. Sencillas y
humildes. Ladrillo sobre ladrillo. Esfuerzo sobre esfuerzo. Araron la tierra.
La sembraron. Cosecharon. Y la volvieron a arar, sembrar y cosechar. Hicieron
todo eso y mucho más. Lo hicieron sin conocer una sola palabra de español. Hablaban, cantaban y rezaban en alemán. Y la
nueva patria y Dios los entendieron y comprendieron. La Argentina los cobijó
dándoles la oportunidad de un destino de prosperidad y Dios los protegió
llenándoles las almas de gracia y las manos de abundancia.
Con el transcurso de los meses
nacieron los hijos. Con los hijos surgió un hogar. Con el hogar una comunidad.
Con la comunidad una colonia. Y con la colonia una iglesia, una escuela,
almacenes de ramos generales…
Y llegaron más familias. Y la
colonia creció. Se levantaron casas de ladrillo, grandes, hermosas, con
jardines. Se embriagaron de lujo. Nació el deseo de tener dinero. De poseer
cosas materiales. Floreció el ansia de poder. Se formaron clases sociales.
Ricos muy ricos y pobres muy pobres. Unos pocos pudieron estudiar. Muchos
tuvieron que comenzar a trabajar desde niños. Se acrecentó la desigualdad. Se
perdieron tradiciones, costumbres… Se olvidó
el origen. Empezó a desaparecer el idioma. La identidad tambaleó.
Hasta que un día unos pocos comprendieron
lo que estaba sucediendo: las raíces culturales morían. Había que hacer algo. Y
esos pocos hicieron. Y todavía están
haciendo. “Hay que conservar lo que aún tenemos y rescatar lo que ya perdimos”,
decidieron. Eran pocos, es cierto. Pero su trabajo está dando frutos. La
identidad se está recuperando. Están volviendo a ser lo que nunca debieron
dejar de ser: alemanes del Volga. Descendientes de inmigrantes de alemanes de
una aldea del Volga, con sus costumbres, tradiciones, cultura e historia. En
suma: ¡con su identidad! ¡Nuestra identidad!