Rescata

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domingo, 29 de marzo de 2020

La abuela nos canta su Tros, Tros, Trillie

La abuela está presente en mi memoria de niño feliz. Su rostro surcado de arrugas son pliegues de ternura; sus ojos celestes: cielo de afecto y estrellas de besos; sus manos callosas: cuna de afecto en las que me arrullaba cantando “Tros-Tros-Trillie”. Su regazo: consuelo de mis primeras lágrimas, amparo de mis primeros desencantos. Su alma de infinito amor: lo comprendía todo y lo sabía todo.
La abuela está presente en mi memoria de niño feliz. Su casa con cocina a leña, una mesa de madera grande, un banco contra la pared, con aromas a Krepel, Dünne Kuche, Sauerkraut: aromas que perduran en mi mente.  Los Wicknudel, los Klees, el Kalach, y mil delicias más que preparaba para los almuerzos y las cenas, para esas comidas de domingo en las que mimaba a sus nietos mientras reía y cantaba: “Wen ich komm,wen ich  wider wider komm”, radiante de poseer una familia grande y orgullosa de que todos sus descendientes la amaran.
La abuela está presente en mi memoria de niño feliz. Es un ángel que me cuida; un hada madrina que me concede todos los deseos; una estrella que me guía y protege en la vida. Es, fue y será, la persona que me enseñó a ser quién soy y a saber a dónde voy. Es quién me inculcó el valor de ser descendiente de alemán del Volga y sentirme orgulloso de serlo.

 Tros tros trillie, es la canción que nos cantaban nuestras abuelas en la niñez y es quizás, la más popular de todo el repertorio musical que nos legaron nuestros ancestros. La versión que publicamos, fue tomada del libro “La infancia de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, recientemente publicado, dónde se podrán encontrar varias versiones más, rescatadas y reconstruidas para que no se pierdan en el olvido.

Tros, tros, Trillie

Tros, tros, Trillie,
der Bauer hat ein Fihllien,
des Fihllien kandt net laufen (1 ),
des Fihllien muss mer tragen,
pum, pum,
leits in grobe.

Arre, arre, caballito

Arre, arre, caballito,
el campesino tiene un potrillito,
el potrillito no puede caminar,
el potrillito tiene que ser cargado,
pum, pum,
cae en la zanja.

(1) Las traducciones se mantienen fieles a la lengua que utilizan en su habla cotidiana los descendientes de alemanes del Volga.

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