Por Cintia Vazquez
Fue hacia fines del 1.800, más
precisamente en el año 1.887, cuando un grupo de familias colonizadoras
provenientes del Volga, arribaron a Coronel Suárez con tres objetivos
primordiales: conservar su religión, mantener el idioma original y preservar el
sistema de vida en colonias, para la mutua defensa y recíproca ayuda.
Hoy, a 126 años de su llegada, se
puede observar sin dificultad que sus tres grandes principios se encuentran
completamente alterados en Pueblo Santa Trinidad y Pueblo San José; y, no con
tanto énfasis, en Pueblo Santa María.
En lo que respecta a conservar
siempre su religión, el catolicismo se sigue manteniendo, pero ya no se pueden
ver a sus fieles orando con fervor en las iglesias con tanta frecuencia como se
realizaba antiguamente. Los días en que se celebra la misa, los templos se
encuentran semivacíos, a excepción de festividades especiales como pueden ser
la Pascua o la Navidad; ya no se reza el tradicional “Ángelus” en diferentes
momentos del día, lo cual implicaba una interrupción inmediata de las
actividades que se estaban realizando cuando se oían sonar las campanas de la
iglesia. Tampoco se llevan a cabo las típicas procesiones al cementerio en
fechas en las que existe alguna conmemoración religiosa o simplemente cuando
alguien fallece (en principio estas procesiones se realizaban a pie, con
banderas de luto y agua bendita, luego de una celebración religiosa en el
templo a donde se llevaba al difunto). Tampoco puede oírse el sonido de las
campanas anunciando este suceso, lo cual sí ocurre todavía en Pueblo Santa
María.
Otro hecho que hace percibir que
este principio fundamental se ha ido alterando con el correr de los años es la
falta de respeto que tiene la comunidad local aún hasta con los edificios
parroquiales; ejemplo de esto son los nombres que se encuentran escritos por
los jóvenes en los muros del frente de la Iglesia San José Obrero, en Pueblo
San José.
Por otra parte, y con respecto al
objetivo de mantener el idioma original, el dialecto de los alemanes del Volga,
lamentablemente se está yendo con las personas mayores, ya que no son muchos
los jóvenes que conocen el idioma y no existe interés por practicarlo y
mantenerlo.
La necesidad de preservar el sistema
de vida en colonias se encuentra en extinción debido a la gran cantidad de
planes de viviendas que se han ido implementando en los últimos años; Pueblo
Santa Trinidad ya se encuentra conectado a Coronel Suárez por la gran cantidad
de barrios que se han construido en un camino vecinal, paralelo a la gran
Avenida Alemanes del Volga. Pueblo San José también ha alcanzado un alto grado
de desarrollo en materia de construcciones, y con esto no se quiere decir que
se está en contra del progreso, sino a favor de la preservación del patrimonio
urbano.
Ante esto existirían dos posibles
soluciones: se podrían construir estos barrios en las proximidades a la ciudad
de Coronel Suárez, ya que es el centro de servicios y al cual acuden los
pobladores por motivos laborales, de salud, administrativos, etc., o bien,
continuar con la implementación de los planes de viviendas, pero respetando un
lineamiento acorde a la arquitectura del lugar.
Con la desaparición de los elementos
típicos de los pueblos, ya sean su religiosidad, idioma, patrimonio
arquitectónico, música o gastronomía, se va perdiendo la identidad del lugar,
todo aquello que los alemanes trajeron consigo con el fin de preservar; esos
primeros pobladores, a quienes se les deben todas y cada una de las cosas con
las que hoy en día cuentan las tres colonias alemanas, fueron quienes confiando
en la idea de progreso, trabajaron con esmero para lograrlo.
Con respecto a la arquitectura del
lugar, en Pueblo Santa Trinidad ya casi no existen las típicas casonas que con
mucho esfuerzo se construyeron; en Pueblo San José, se han ido desmoronando,
derrumbando para construir viviendas que desentonan con el pueblo o simplemente
para que el terreno quede vacío y, por suerte, Pueblo Santa María (quizás por
su lejanía a Coronel Suárez y por la fuerte cohesión de sus pobladores) es la
comunidad en la que más se encuentran elementos típicos alemanes, desde la
arquitectura, hasta el idioma y la preservación de las costumbres típicas.
No existe una toma de conciencia
acerca de lo que significan estos elementos para la comunidad; si se continúa a
este ritmo, lamentablemente, dentro de unos años los tres pueblos que fundaron
familias provenientes del Volga no serán más que tres comunidades similares a
otras. Ya no se contará más con “eso” que marca la diferencia, que le brinda un
detalle especial, que llama la atención y por lo cual, muy a menudo, reciben
visitantes deseosos de conocerlos por su patrimonio histórico-cultural.
Por otra parte, Pueblo Santa María
tiene el beneficio de haber sido incluido en el Programa Pueblos Turísticos de
la Provincia de Buenos Aires, por lo cual cuenta con promoción turística desde
el nivel provincial y, aquel que se acerque a conocerlo, también aprovechará a
pasear y visitar el conjunto de los pueblos alemanes. Pero no basta con
quedarse con esta suposición, ya que desde el plano local también se debe
invertir en el sector turismo. Y si bien se está trabajando en eso, aún no
cuenta con el impulso que necesita. No existe una iniciativa de participar en
congresos en donde existen ferias para establecer contactos o promocionar el
destino, entre otras acciones, y para ello es necesario contar con presupuesto.
A modo de ejemplo, actualmente
Pueblo San José cuenta con un buen soporte de equipamiento, ya que posee un
amplio y cómodo hotel, un restaurante con gastronomía típica, un bar nocturno y
espacios de recreación, pero no existe necesidad de aclarar que mucho de todo
esto está destinado pura y exclusivamente a aquellos turistas que deseen
arribar al lugar con el objetivo de conocer los pueblos alemanes y sus
tradicionales costumbres; si todo esto desaparece, fue en vano todo el
desarrollo de equipamiento que se llevó a cabo.
Aún se puede trabajar para recuperar
aquello que se perdió y por mantener lo que está en vías de extinción, siempre
y cuando se logre una toma de conciencia y la unión de la comunidad local.
¡Todavía estamos a tiempo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario