y sin embargo con el arado de mancera
trazó infinitos surcos en la tierra
para escribir dorados versos de trigales.
Poemas de un humilde agricultor
que con sudor regó los campos
para cantarle al Señor su Dios
himnos de gloria y gratitud.
Dejando en la huella del tiempo
sus pasos de incansable caminante,
que en la pampa virgen de la Argentina
encontró por fin el lugar definitivo.
Legando a sus futuros descendientes
sus poemas a la vida y al trabajo,
resumidos en Dios, Patria y Hogar,
y en innúmeras tradiciones y costumbres,
que sus nietos jamás debemos olvidar!
perdón no pedí permiso y lo compartí, es muy hermoso y se que para los que vinieron de esas tierras, nada les fue fácil, gracias SR. jULIO C. MELCHIOR, es un placer leer sus poemas.
ResponderEliminarEs un orgullo para mí que compartas las publicaciones. Muchas gracias!
EliminarMe encantó su poema me hizo recordar a mi abuelo que por cierto era leñador ahí en la aldea Santa Maria Entre Ríos y alemán del volga jorge Herlein
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