Las tradiciones de los alemanes del Volga son un fascinante mosaico cultural que refleja su origen y su historia. Esta mezcla se manifiesta en diversos aspectos de su vida cotidiana, desde la religión y la lengua hasta la gastronomía y la música. Con una rica historia que se remonta a su migración desde el Sacro Imperio Romano Germánico hasta el Imperio Ruso a finales del siglo XVIII. Sus tradiciones, transmitidas de generación en generación, son un testimonio de su resistencia y adaptabilidad. Y esta época del año, donde abundan los festejos, cada día tiene la suya. Así lo hemos ido contando en dos historias publicadas en este medio, una en Navidad, con la llegada del Pelznickel y el Chriskindie; otra, el primer día de Año Nuevo, con el wünsche gehen; y la última, que daremos a conocer hoy, llamada großes neues Jahr. Todas presentes en la vida cotidiana de los pueblos alemanes de Coronel Suárez.
En Navidad, mejor expresado, el 24 a la medianoche, que se vivía con austeridad, después de haber asistido a la iglesia, a participar de la Misa de Gallo (Mette, en el dialecto de los alemanes del Volga), las familias regresaban a casa a aguardar la llegada del Pelznickel y el Chriskindie, que venían el primero, a reprender a los niños traviesos y el segundo, a obsequiarles masitas y dulces a todos los hijos del hogar.
Mientras que el primer día del año los niños se levantaban bien temprano a la mañana, casi con el amanecer, para saludar a sus padres deseándoles feliz año nuevo, recitando en alemán un poema varias veces centenario, para después recorrer la colonia vor wünsche gehen (ir de buenos deseos) visitando para saludar a tíos, abuelos y demás parientes, también a vecinos y amigos, recibiendo a cambio obsequios en masitas, golosinas o un poco de dinero que guardaban en un Pindlie, nombre que se le da al pañuelo atado en sus cuatro puntas en forma de paquete.
Finalmente, la mañana del Día de Reyes se llevaba a cabo una tradición que lleva por nombre Grosses neues Jahr (cuya traducción literal es año nuevo grande) porque en esa jornada quienes se levantaban temprano eran los hombres para ir de hogar en hogar visitando a familiares y amigos deseando un feliz y próspero año nuevo a cambio de un Schnapps, una copita de licor, siendo agasajados con un brindis en cada vivienda que ingresaban.
Demás está agregar que a medida que avanzaba la jornada y las visitas se repetían una tras otra, sumando a los buenos deseos y augurios cantos tradicionales en alemán, y los brindis con sendas copitas de licor también se repetían, los hombres finalizaban su cometido un poquito pasados de alcohol.
Dando por concluidas de esta manera, las tradiciones ancestrales asociadas a los festejos de Navidad, Año Nuevo y Reyes, que enlazaban elementos religiosos, familiares y culturales.
Julio César Melchior
Lleva más de 30 años dedicados a rescatar y difundir la historia y cultura de los alemanes del Volga. En la actualidad tiene disponible tres títulos: “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, “La infancia de los alemanes del Volga” y “La gastronomía de los alemanes del Volga”. Para más información, comunicarse a historiadorjuliomelchior@gmail.com o al WhatsApp 2926 461373. También pueden visitar su blog: www.hilandorecuerdos.blogspot.com.
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