Sentada junto a la ventana, la anciana teje medias de lana. Las teje para su nieto. Porque los inviernos son fríos. Porque no tiene madre que se los teja.Y mientras teje piensa en su nieto que crió sola cuando su madre murió durante el parto y el padre se fue a Buenos Aires para no regresar jamás. Piensa que su nieto tiene doce años y trabaja en la cosecha de maíz. Eso está bien, se dice. Será un hombre fuerte como su abuelo.
No se lamenta que tuvo que dejar la escuela a los nueve años y dejar de jugar a los ocho para empezar a ordeñar en un tambo. Es lo que se espera de un hombre: que trabaje y mantenga el hogar.
Sentada junto a la ventana, la anciana teje medias de lana, para su nieto que trabaja en la cosecha de maíz. Todo está en calma. La anciana es feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario