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“Después que presentábamos las obras de teatro había baile. En esos años se hacían hasta cinco bailes seguidos, porque también el lunes, para despedir la Kerb, se comía lo que había quedado de los días anteriores y luego se bailaba por horas entre amigos y familiares”.
“No había muchas oportunidades de encuentros, solamente dos en el año: en marzo, para las Pascuas, y en las Fiestas Patronales. En esos años no faltaban tampoco las carreras de caballo, donde muchos paisanos participaban mostrando lo suyo”.
Explica Pedro porque las visitas de familiares y duraban como mínimo cuatro días: “no era tan fácil viajar, como ahora, antes si viajabas a Buenos Aires los vecinos lo sabían 15 días antes y lo vivían como un acontecimiento”.
“También todos estaban atentos a los familiares que llegaban de toda la zona y de más lejos, por lo que las visitas podían ser de 4 días, una semana o quince días”.
En esos años el colectivo de Carancini hacía el transporte de Coronel Pringles y Pedro Benito Graff recuerda: “los jueves el micro venía lleno, con gente en el techo, donde había una especie de porta equipaje. El sábado sucedía lo mismo con dos colectivos, con personas en los asientos y en el techo también que venían a compartir con sus familiares las fiestas de Kerb. Ese acontecimiento era increíble, imborrables y es parte de los mejores recuerdos que tengo conmigo” nos expresa este querido amigo y personalidad destacada del Pueblo Santa María.