su vellón de lana,
en la rueca
la anciana.
Hila que te hila,
los recuerdos van,
los recuerdos vienen,
en su memoria.
Hila que te hila,
surca el mar,
llora el adiós,
deja el hogar.
Hila que te hila,
llega a la Argentina
desolada y triste,
y sin embargo no se detiene.
Hila que te hila
su vellón de lana,
en la rueca
la anciana.
Mientras llora su ayer,
su aldea natal,
que dejó allá lejos,
allende el mar.