Alfonsina tuvo 9 hijos. Los alimentó.
Los crío. Los mandó a la escuela. Les enseñó el valor del trabajo, del respeto
y a honrar la palabra empeñada. Viuda a los 40, fue madre y padre. Hoy vive en
la casa de uno de sus hijos varones.
Nos recibe con mate y Kreppel. Conversa
en alemán hasta por los codos. Están presentes su hijo, su nuera y un nieto de
10 años. Todos hablan a la vez. Cada uno quiere homenajear a Alfonsina con una
anécdota que la pinte en toda su grandeza. “Madre ejemplar” –afirma su hijo-.
“Lo dio todo por su familia” –sentencia la nuera.
Alfonsina ríe. Sus ojos brillan como dos
estrellas plenas de bienestar. Nos cuenta que tiene 85 años y una linda
familia. Que en las fiestas de Kerb se reúnen todos para festejar y que en ese
día llegan a visitarla los 9 hijos, los que están en la colonia, los que están
en Buenos Aires y los que están en Bahía Blanca también. Que cocinan asado al
horno con papas y Füllsen, como cuando vivía su marido y sus hijos eran
pequeños.
No se calla nada. Es franca. Sincera.
Nos revela sus vivencias sin ocultar secretos. Dice que, pese al dolor que le
causó la imprevista muerte de su marido siendo aún muy joven, tuvo una
existencia muy feliz. Y se le nota. Toda ella es un despliegue de felicidad, de
satisfacción, de orgullo. Vivió la vida que quiso y sus hijos la aman. ¿Qué más
se le puede pedir a la vida?
Creo que sé cual es el secreto de Alfonsina para sobrevivir feliz ante la adversidad...el AMOR a sus hijos!!!
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