Arde el fuego en la cocina a leña. La
sopa exhala su vaho de vapor. El ambiente huele a caldo. Abuela cocina. Su casa
es un hogar donde se comen las comidas más ricas. Ella sabe recetas que heredó
de su madre y ésta, a su vez, de la suya, generación tras generación, durante
centurias. Las llevaron de Alemania al Volga y del Volga las trajeron a la
Argentina. ¿Dónde? En la memoria. Jamás estuvieron escritas en papel alguno.
Simplemente las legaban. Las transmitían
demostrando cómo se hacían. Así sobrevivieron. Y así continuarán sobreviviendo,
sostiene abuela.
¡Y
tiene razón!
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